Pregunta
¿Quiénes son los doctores de la Iglesia?
Respuesta
En el catolicismo romano y en la ortodoxia oriental, ciertos santos han recibido el título de "doctores de la Iglesia" debido a su amplia y duradera influencia sobre el conjunto de la Iglesia. La palabra doctor (relacionada con doctrina y procedente del latín docere, "enseñar") significa en este contexto "maestro". Ser nombrado doctor de la Iglesia implica haber contribuido significativamente a la doctrina y enseñanza teológica de la Iglesia.
Los primeros doctores de la Iglesia fueron seleccionados durante la Edad Media. La Iglesia occidental (romana) otorgó este título a Ambrosio, Agustín, Gregorio Magno y Jerónimo, conocidos como los Cuatro Doctores Latinos. En algunas liturgias católicas, estos cuatro se asocian con los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento: Jerónimo con Mateo, Gregorio Magno con Marcos, Ambrosio con Lucas y Agustín con Juan. En la Basílica Vaticana, una reliquia llamada la Cátedra de Pedro, una antigua silla ornamentada cuya fiesta se celebra el 22 de febrero, está rodeada por esculturas que representan a estos cuatro doctores latinos.
En la Iglesia de Oriente (griega), los primeros doctores fueron Atanasio y los Tres Santos Jerarcas: Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo. En las obras de arte, los doctores de la Iglesia suelen ser representados sosteniendo o leyendo un libro, símbolo de su enseñanza.
Para recibir el título de doctor de la Iglesia se requieren dos cualidades: una erudición eminente y un alto grado de santidad. Este título se concede únicamente por proclamación oficial de la Iglesia. Curiosamente, no todo lo escrito por un doctor debía coincidir plenamente con la doctrina oficial; podían desviarse en algunos puntos menores y aun así ser reconocidos por la profundidad y alcance universal de sus enseñanzas teológicas.
Con el paso de los siglos, la lista de doctores fue ampliándose. A partir de 1970, la Iglesia Católica comenzó a incluir mujeres, y hoy se reconocen cuatro doctoras de la Iglesia: Teresa de Ávila, Catalina de Siena, Teresa de Lisieux e Hildegarda de Bingen. En la actualidad, la Iglesia Católica Romana reconoce oficialmente a treinta y siete doctores, mientras que la Iglesia Ortodoxa Oriental cuenta con alrededor de ocho. Entre otros doctores destacados se encuentran Tomás de Aquino, el Venerable Beda, Juan de Damasco, Anselmo y Cirilo de Jerusalén. Muchos de ellos también son honrados por los anglicanos, quienes los llaman "maestros de la fe".
Sin embargo, como sucede con muchas figuras veneradas en las tradiciones católica y ortodoxa, los doctores de la Iglesia han sido exaltados en exceso, al punto de que sus conmemoraciones a veces compiten con el verdadero culto al Señor Jesucristo. Cada doctor tiene su propio día de fiesta, imágenes ante las cuales los fieles se arrodillan e íconos que se besan. Qué contraste con el apóstol Pablo, quien escribió: "Porque nada me propuse saber entre ustedes excepto a Jesucristo, y Este crucificado" (1 Corintios 2:2), y con Juan el Bautista, que dijo: "Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya" (Juan 3:30).
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