Pregunta
¿Por qué "No robarás" forma parte de los Diez Mandamientos?
Respuesta
"No robarás" (Éxodo 20:15) es uno de los Diez Mandamientos que la gente recuerda con facilidad, aunque sea el octavo del Decálogo. Y aunque algunos intenten minimizar su autoridad afirmando que forma parte del Antiguo Pacto, nuestro Señor Jesús lo citó al hablar con el joven rico (Mateo 19:18). Los Diez Mandamientos forman parte de la ley moral de Dios y, a diferencia de las leyes ceremoniales y de sacrificio dadas a Israel, se aplican a todos los seres humanos en todas las épocas.
Robar se define como tomar la propiedad de otra persona sin su permiso. Sin embargo, existen muchas otras formas de robar. Por ejemplo, extender el tiempo de almuerzo en el trabajo, llegar tarde o irse antes son maneras de robar a nuestros empleadores, porque les quitamos tiempo por el que han pagado. Aprovecharse así de otros revela falta de amor. El apóstol Pablo, al hablar de los mandamientos de Dios, resume toda la ley igual que Jesús: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31; Romanos 13:9). Jesús también afirmó que este mandamiento resume la Ley (Mateo 22:39-40). De modo que "No robarás", como los demás mandamientos, tiene que ver con amarnos unos a otros (Juan 13:34-35).
Quienes han sido víctimas de robo conocen la sensación devastadora que produce. Que alguien se lleve algo valioso—quizá un regalo con profundo significado—hiere el corazón y genera vulnerabilidad e inseguridad. El robo perjudica no solo a individuos, sino también a la sociedad. Desestabiliza comunidades enteras y produce miedo, desconfianza y deseos de venganza. Basta observar países donde no se respetan las leyes contra el robo para ver cuán destructivo resulta. Las leyes de Dios no solo son morales y espirituales; también son profundamente prácticas.
Los cristianos hemos recibido de Dios dones físicos y espirituales inmensos, y deberíamos querer ofrecerle todo lo que tenemos. Cuando retenemos lo que le pertenece—nuestro tiempo, talentos, posesiones, finanzas e incluso nuestras vidas—le estamos robando. El profeta Malaquías lo dijo claramente cuando se dirigió a Israel: "¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes me están robando. Pero dicen: "¿En qué te hemos robado?". En los diezmos y en las ofrendas… Traigan todo el diezmo al alfolí… pónganme ahora a prueba en esto… si no les abro las ventanas de los cielos" (Malaquías 3:8-10). Un día daremos cuenta ante Dios de lo que hicimos con lo que Él nos confió (Romanos 14:12; 2 Corintios 5:10; Hebreos 4:13).
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