Pregunta
¿Quiénes eran los recabitas en la Biblia?
Respuesta
Los recabitas eran un pueblo nómada conocido por sus estrictas reglas de abstenerse de beber vino, construir casas, sembrar semillas y plantar viñedos (Jeremías 35:6–7). Se destacaron por su fidelidad al cumplimiento de estas normas durante generaciones, desde la época de Jehú (2 Reyes 10:15) hasta los días del profeta Jeremías (Jeremías 35:8–10), es decir, por más de doscientos años.
Los recabitas descendían de Recab, un ceneo emparentado con los madianitas y, por tanto, con la familia de Moisés por matrimonio (Jueces 1:16). Según Jeremías 35:6, las estrictas normas de los recabitas fueron impuestas por su descendiente Jonadab hijo de Recab, el mismo hombre que ayudó a Jehú a eliminar la adoración a Baal en Israel después del reinado de Acab (2 Reyes 10:15–27). Los estudiosos difieren respecto a las razones que tuvo Jonadab para establecer estas reglas, aunque muchos creen que buscaba preservar el estilo de vida sencillo y nómada de sus antepasados, manteniendo al pueblo apartado de las influencias corruptas de la civilización cananea.
Dios utilizó la fidelidad de los recabitas para enseñar una lección a Su pueblo. El Señor ordenó a Jeremías: "Ve a la casa de los recabitas, habla con ellos, llévalos a la casa del Señor, a una de las cámaras, y dales a beber vino" (Jeremías 35:2). Jeremías obedeció y colocó copas de vino frente a ellos (versículos 3–5), pero los recabitas rehusaron beber, explicando que obedecían la orden de su antepasado Jonadab (versículo 6). Su fidelidad se convirtió en un ejemplo vivo de obediencia.
Entonces Dios envió un mensaje a Judá a través de Jeremías: el pueblo debía aprender de la obediencia de los recabitas (Jeremías 35:12–14). Dios contrastó su fidelidad con la desobediencia de Israel: "Ciertamente los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han guardado el mandato que su padre les ordenó, pero este pueblo no me ha escuchado" (versículo 16). Por su continua rebelión, Dios anunció juicio sobre Judá (Jeremías 35:17), pero a los recabitas les hizo una promesa especial: "A Jonadab, hijo de Recab, no le faltará hombre que esté delante de Mí todos los días" (versículo 19).
Los recabitas son un ejemplo de obediencia, firmeza y separación del mal. Se mantuvieron fieles a su identidad en medio de una cultura corrupta, y Dios los honró por su lealtad. Su historia nos recuerda que Él desea que Su pueblo viva con obediencia constante y devoción genuina hacia Él.
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