Pregunta
¿Quiénes son los Amish y cuáles son sus creencias?
Respuesta
Los Amish son un grupo de personas que siguen las enseñanzas de Jacob Ammann, un ciudadano suizo del siglo XVII. Se trata de una denominación protestante estrechamente relacionada con los menonitas. La mayoría de los Amish viven en Estados Unidos y siguen costumbres sencillas, rechazando hacer juramentos, votar o prestar servicio militar. Evitan el uso de la tecnología moderna y las comodidades contemporáneas. Su medio de transporte es el carruaje tirado por caballos. No tienen electricidad ni teléfonos en sus hogares. Los hombres suelen llevar barba y visten pantalones con botones en lugar de cremalleras. Las mujeres usan cofias blancas y vestidos sencillos, generalmente sin botones, sujetando la ropa con alfileres en lugar de cierres convencionales.
Los Amish interpretan Santiago 1:27 ("...y guardarse sin mancha del mundo") como un llamado a mantenerse alejados de las prácticas del mundo, tales como conducir automóviles, ver televisión, ir al cine, usar maquillaje y disfrutar de las comodidades de la electricidad y los teléfonos. No obstante, a menudo utilizan generadores para obtener energía y hacer funcionar sus equipos, y emplean caballos en lugar de tractores para trabajar la tierra. El obispo (líder) de cada comunidad Amish establece las normas de conducta para su distrito, y algunos son más estrictos que otros. No poseen templos para sus cultos, sino que celebran los servicios religiosos en los hogares de los miembros, turnándose cada domingo. La educación formal en sus comunidades suele finalizar a los 15 años.
Los grupos Amish enfrentan problemas, como cualquier otra comunidad. La mayoría de estas iglesias intentan mantener sus dificultades ocultas del mundo exterior. A los jóvenes Amish se les permite experimentar "el mundo" en la adolescencia tardía para que decidan si quieren unirse a la iglesia. Durante este período, muchos se involucran en drogas, alcohol, relaciones sexuales y otros vicios, mientras se les permite poseer un vehículo. Sin embargo, una gran parte de ellos finalmente renuncia a estos privilegios y se une a la iglesia. Otros, en cambio, eligen no hacerlo y buscan integrarse en la sociedad secular.
Desde una perspectiva espiritual, los Amish tienen similitudes con los judíos tradicionales que observan la Ley del Antiguo Testamento. Su sistema se basa en una larga lista de normas que deben cumplir. Si fallan en obedecerlas, enfrentan sanciones dentro de la iglesia y corren el riesgo de ser "rechazados" o excluidos. La práctica de la expulsión, conocida como shunning, es una forma de excomunión mediante la cual quienes adoptan costumbres "mundanas" son marginados por la comunidad.
Los Amish creen que Jesucristo es el Hijo de Dios, que murió por sus pecados y que es el camino a la salvación. Sin embargo, muchos dentro de la comunidad practican una fe basada en las obras, creyendo que su comportamiento influye en la aprobación de Dios. Consideran que, si sus buenas acciones superan las malas, Dios los recibirá en el cielo. Son personas trabajadoras y disciplinadas, convencidas de que deben mantenerse en el camino correcto para recibir su recompensa eterna. Frecuentemente afirman que "ser Amish es un estilo de vida, no una religión", y eligen vivir de manera sencilla para dedicar más tiempo a la familia y al hogar, en lugar de depender de la tecnología avanzada.
Como grupo, los Amish no creen en la seguridad de la salvación. Consideran que una persona puede perder su salvación si se desvía del camino o "cae de la gracia". No practican el bautismo infantil, sino que realizan un bautismo en la edad adulta por aspersión, en lugar de la inmersión en agua.
Afortunadamente, algunos (o muchos) Amish comprenden que Jesús pagó el precio total por sus pecados y han recibido la gracia de Dios. Sin embargo, otros se aferran a la idea de una salvación basada en las obras, creyendo que su destino eterno depende de su propio esfuerzo. Los Amish ofrecen un poderoso ejemplo de lo que significa "guardarse sin mancha del mundo" (Santiago 1:27). Sin embargo, la Biblia no nos llama a aislarnos completamente. Al contrario, Jesús ordenó a Sus seguidores que fueran por todo el mundo y predicaran el evangelio (Mateo 28:19-20; Hechos 1:8). No debemos apartarnos de quienes más necesitan escuchar el mensaje de salvación.
Hay mucho que admirar en los Amish. Su extraordinario testimonio de perdón tras el tiroteo en una escuela Amish en 2006 fue una demostración tangible del amor y la gracia de Dios. Son personas amables, respetuosas, trabajadoras y temerosas de Dios. No obstante, el legalismo y la creencia en una salvación basada en las obras, que prevalecen en algunas comunidades Amish, no deben ser modelos a seguir.
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