Pregunta
¿Quiénes son los israelitas?
Respuesta
Los israelitas son los descendientes físicos de Abraham a través de Isaac y Jacob. Dios cambió el nombre de Jacob por Israel en Génesis 32:28. Desde ese momento, sus hijos y todos sus descendientes fueron llamados "hijos de Israel" o "israelitas".
Jacob (Israel) tuvo doce hijos, quienes se convirtieron en los antepasados de las doce tribus de Israel. Así, cualquier miembro de una de esas tribus se consideraba un israelita. Este término aparece con frecuencia en el Antiguo Testamento (por ejemplo, Éxodo 5:19; Levítico 24:10; Nehemías 9:2). También aparece en el Nuevo Testamento: Jesús llama "israelita" a Natanael (Juan 1:47), y Pablo se identifica como israelita (Romanos 11:1).
Las palabras israelita, hebreo y judío a menudo se usan como sinónimos. Aunque existen diferencias técnicas entre los tres términos, en la mayoría de los contextos comunes ese intercambio es válido. A veces se llama a los israelitas "el pueblo escogido de Dios", expresión que proviene del pacto que Dios hizo con Abraham en Génesis 12:1-3.
Los israelitas fueron receptores de varios pactos que Dios estableció con Su pueblo:
El Pacto Mosaico (Éxodo 19–24)
El Pacto Palestino o de la Tierra (Deuteronomio 29)
El Pacto Davídico (1 Crónicas 17:11-14)
El Nuevo Pacto (Jeremías 31:31, 33)
Por la gracia de Dios, el Nuevo Pacto se extendió para incluir a judíos y gentiles que ponen su fe en Jesucristo (Romanos 10:12).
En el Nuevo Testamento, el término "israelita" también adquiere un sentido espiritual, relacionado con la condición del corazón. Jesús llamó a Natanael un "verdadero israelita" (Juan 1:47). Más tarde, Jesús declaró que Zaqueo, aunque judío de nacimiento, mostraba ser un verdadero hijo de Abraham al haber creído (Lucas 19:9). Pablo explica: "los que son de fe, estos son hijos de Abraham" (Gálatas 3:7). Esto demuestra que existe una diferencia entre un israelita físico (sin fe) y un israelita verdadero (con la fe de Abraham). Incluso Nicodemo, líder en Israel, necesitaba nacer de nuevo (Juan 3:3).
Dios prometió bendecir a los israelitas cuando obedecían la Ley de Moisés. A través de ellos, Dios ha obrado de maneras extraordinarias. Pablo lo resume así:
"Porque son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén" (Romanos 9:4-5).
Además, Dios prometió que toda la humanidad sería bendecida a través de Abraham (Génesis 12:3). Esa bendición universal encuentra su cumplimiento perfecto en Jesucristo.
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