Pregunta
¿Quién era J. I. Packer?
Respuesta
James Innell Packer (22 de julio de 1926 – 17 de julio de 2020) fue un influyente autor, profesor, teólogo y ministro anglicano, considerado una de las voces más respetadas del cristianismo evangélico del siglo XX. Nació en Gloucester, Inglaterra, y pasó la primera mitad de su vida en su país natal y la segunda en Canadá. A lo largo de casi setenta años de ministerio, Packer enfatizó la importancia de conocer, orar y vivir en comunión con el Dios trino. Su mensaje recurrente fue un llamado a la santidad, el arrepentimiento y la obediencia al Espíritu Santo. Defendió firmemente la autoridad de la Biblia, promovió la enseñanza doctrinal sólida y acercó a nuevas generaciones al legado espiritual de los puritanos.
Criado en un hogar nominalmente anglicano, Packer creció sin una comprensión personal del evangelio. Todo cambió durante sus años en la Universidad de Oxford, donde asistió a un servicio evangelístico que lo llevó a entregar su vida a Cristo. Más tarde expresó su testimonio con una frase que llegó a ser muy conocida: "No me atrevo a decir que encontré a Cristo; más bien, Cristo me encontró". Mientras estudiaba en Oxford, asistió a conferencias de C. S. Lewis, cuya enseñanza influyó profundamente en su pensamiento teológico y espiritual. Packer obtuvo sus títulos de licenciatura, maestría y doctorado en Oxford, con una tesis sobre el líder puritano del siglo XVII Richard Baxter, uno de sus grandes referentes.
Tras doctorarse, Packer fue ordenado sacerdote en la Iglesia de Inglaterra y sirvió en varias parroquias, además de desempeñarse como profesor y director de Latimer House en Oxford, un centro dedicado a la investigación evangélica. En 1958 publicó su primer libro, Fundamentalism and the Word of God (El fundamentalismo y la Palabra de Dios), una defensa clara y apasionada de la autoridad y suficiencia de las Escrituras. El libro tuvo un éxito inmediato, vendiendo más de 20.000 copias en su primer año, y lo estableció como uno de los principales teólogos evangélicos de su generación.
En 1973 publicó su obra más reconocida, Knowing God (Conocer a Dios), considerada un clásico moderno de la fe cristiana. El libro ha vendido más de un millón y medio de ejemplares y ha transformado la vida espiritual de innumerables creyentes alrededor del mundo. En 2006, Christianity Today lo incluyó entre los cincuenta libros que más han influido en los evangélicos. En sus páginas, Packer enseñó que el conocimiento verdadero de Dios no consiste en información teológica, sino en una relación personal e íntima con Él.
En 1979, Packer se trasladó a Vancouver, Canadá, para unirse al cuerpo docente del Regent College, donde enseñó teología sistemática e historia de la espiritualidad cristiana durante el resto de su carrera. En Canadá también se convirtió en una figura pastoral muy querida, dedicada a formar líderes y guiar a los creyentes en una vida de fe profunda y práctica.
A lo largo de su vida, Packer escribió o editó más de cuarenta libros, colaboró en la Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica y formó parte del consejo de traducción de la Versión Estándar Inglesa (ESV) de la Biblia. En 2005, la revista Time lo incluyó entre los 25 evangélicos más influyentes del mundo. Aunque alcanzó gran renombre, Packer se describía a sí mismo simplemente como "un eclesiástico común que también era teólogo" y como "un puritano moderno". Sus escritos, claros y accesibles, estaban dirigidos no a académicos, sino a cristianos comunes deseosos de conocer mejor a Dios.
Su vida no estuvo exenta de controversias. Mantuvo un desacuerdo público con su amigo Martyn Lloyd-Jones sobre la relación con la Iglesia católica. Más tarde, Packer fue criticado por participar en el documento Evangélicos y católicos juntos (1994), que abogaba por una colaboración entre ambos grupos frente a los desafíos culturales y morales del mundo moderno. También fue defensor de la posición bíblica complementaria sobre los roles de hombres y mujeres, y más adelante se separó de la Iglesia Anglicana de Canadá en protesta por su aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
En los últimos años de su vida, Packer enfrentó grandes limitaciones físicas. En 2016 perdió la vista debido a una degeneración macular, lo que le impidió seguir viajando y predicando. Sin embargo, continuó escribiendo y alentando a la Iglesia hasta el final. Poco antes de morir, cuando le preguntaron cuáles serían sus últimas palabras a los creyentes, respondió con humildad y claridad: "Creo que puedo reducirlo a cuatro palabras: glorificar a Cristo en todo".
Falleció en Vancouver el 17 de julio de 2020, a los 93 años, dejando un legado teológico y espiritual que sigue moldeando a pastores, académicos y creyentes de todo el mundo.
Algunas de sus citas más recordadas reflejan la profundidad de su fe y sabiduría:
"Saber que nada ocurre en el mundo de Dios fuera de Su voluntad puede asustar a los impíos, pero da estabilidad a los santos".
"El lema del cristiano no debe ser ‘deja ir y deja a Dios’, sino ‘confía en Dios y ponte en marcha’".
"Para el cristiano, lo mejor siempre está por venir. La riqueza de nuestro Padre es infinita, y heredaremos toda Su herencia".
"Despreciar el estudio de Dios es caminar por la vida a ciegas, sin orientación ni comprensión de lo que nos rodea. Así se puede malgastar la vida y perder el alma".
"‘Padre’ es el nombre cristiano de Dios. Nuestra comprensión del cristianismo no puede ser mejor que nuestra comprensión de la adopción".
"La adopción es el mayor privilegio del Evangelio: al traidor se le perdona, se le invita a la mesa y se le da el apellido del Rey".
La vida y el ministerio de J. I. Packer fueron un testimonio de fidelidad, humildad y amor por la verdad. Su mensaje sigue resonando: conocer a Dios, vivir en Su Palabra y glorificar a Cristo en todo.
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