Pregunta
¿Puedo volver a bautizarme como una forma de "renovación espiritual", aunque mi primer bautismo haya sido bíblico?
Respuesta
Algunos cristianos que ya han sido bautizados bíblicamente eligen volver a bautizarse como una forma de "renovación espiritual" o como un acto de rededicación. Es común que los cristianos que visitan Israel quieran volver a bautizarse en el río Jordán, para experimentar el bautismo en el mismo lugar donde fue bautizado Jesús (ver Marcos 1:9). ¿Hay algo malo en bautizarse de nuevo en un caso así?
Primero, definamos qué es el bautismo. En términos simples, el bautismo es el primer paso de obediencia para el cristiano. Es una profesión pública de la fe del creyente en Jesús y un testimonio de haber nacido de nuevo. Es su identificación pública con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. El bautismo consiste en una inmersión total en agua, después de la salvación, en obediencia a Dios. Aunque el bautismo no es un requisito para ir al cielo, sí forma parte del crecimiento y servicio cristiano (ver Hechos 2:37–38, 41; 8:12; 18:8; Romanos 6:3–4; 1 Pedro 3:21).
La Biblia presenta el bautismo como un evento único, ya que representa la salvación, que también es un evento único. En ninguna parte de las Escrituras vemos ejemplos de cristianos siendo bautizados más de una vez.
Además del aspecto de identificación del bautismo, hay otros beneficios que vienen con él. Uno es que el bautismo fortalece nuestra fe. Romanos 6:4–7 dice: "Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección. Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado" (NBLA). El bautismo nos recuerda que nuestra vieja naturaleza pecaminosa fue crucificada y que hemos recibido una vida nueva. Eso es un gran aliento cuando el mundo nos abruma. También nos recuerda que ya no somos esclavos del pecado, porque Jesús venció al pecado y a la muerte (cf. Romanos 8:2). Cuando llegan las tentaciones, recordar nuestro bautismo puede ayudarnos a no ceder.
Otro beneficio del bautismo es que normalmente une a la persona con un cuerpo local de creyentes. Hechos 2:41 muestra que las personas que escucharon la predicación de Pedro y fueron salvas el Día de Pentecostés "fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas" (NBLA). No existe tal cosa como un cristiano solitario; el plan de Dios es que Su pueblo esté conectado a un cuerpo local de creyentes. Una iglesia local nos proporciona recursos espirituales, liderazgo, guía y rendición de cuentas. Cuando nos sentimos abrumados, nuestro bautismo nos recuerda que no estamos solos en la fe; somos parte de la familia de Dios, compuesta por otros creyentes en Cristo, bautizados de la misma manera.
Un beneficio más del bautismo es que nos anima a compartir a Cristo con otros. La Gran Comisión fue uno de los últimos mandatos que Jesús dio a Sus discípulos. Les dijo que debían "[hacer] discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19, NBLA). Nuestro bautismo debería recordarnos que todavía hay muchos que necesitan ser salvos.
Elegir bautizarse de nuevo puede ser permisible, pero no aporta realmente ningún beneficio espiritual adicional. Suponiendo que las motivaciones de la persona sean piadosas, volver a bautizarse no es pecaminoso, pero tampoco es necesario. La renovación espiritual se puede lograr simplemente meditando en el significado del bautismo. Aquellos que buscan renovación pueden encontrarla por medio de la confesión de pecados, el arrepentimiento, la oración, la lectura bíblica, la comunión con otros creyentes y la transformación que viene "mediante la renovación de su mente" (Romanos 12:2, NBLA).
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¿Puedo volver a bautizarme como una forma de "renovación espiritual", aunque mi primer bautismo haya sido bíblico?
