Pregunta
¿Qué significa la parábola de las diez vírgenes?
Respuesta
Como parte del discurso del Monte de los Olivos, Jesús ilustra los acontecimientos del fin de los tiempos con una serie de parábolas. Una de ellas es la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). La trama de la parábola de Jesús es la siguiente:
• Diez vírgenes esperan la llegada del novio y el comienzo de las festividades de la boda.
• Cinco de las vírgenes, imprudentes, no traen aceite extra para sus lámparas.
• Cinco de las vírgenes, prudentes, traen aceite extra para sus lámparas.
• Las diez vírgenes se quedan dormidas mientras esperan.
• Se despiertan a medianoche cuando se oye un grito: "¡Aquí está el novio! Salgan a recibirlo". (Mateo 25:6)
• Las vírgenes insensatas piden aceite a sus compañeras, ya que sus lámparas se están apagando.
• Las vírgenes prudentes, que no tienen aceite de sobra, aconsejan a las que no están preparadas que vayan a comprar aceite a algún sitio.
• Mientras las cinco vírgenes insensatas están fuera, llega el novio.
• Las vírgenes prudentes entran en el banquete de bodas y se cierra la puerta.
• Las vírgenes necias regresan, pero encuentran la puerta cerrada.
• Llaman, pero se les niega la entrada.
Al presentar la parábola de las diez vírgenes, Jesús dijo: "el reino de los cielos será semejante a" (Mateo 25:1). Él expone el significado de la parábola en Mateo 25:13: "Velen, pues no saben ni el día ni la hora".
El contexto cultural de la parábola es una boda judía del siglo I. D. A. Carson explica la costumbre: "Normalmente, el novio, acompañado de algunos amigos íntimos, salía de su casa para ir a la casa de la novia, donde se celebraban varias ceremonias, seguidas de una procesión por las calles, después del anochecer, hasta su casa. Las diez vírgenes pueden ser damas de honor que han estado ayudando a la novia, y esperan encontrarse con el novio cuando salga de la casa de la novia. ... Se esperaba que todos los participantes en la procesión llevaran su propia antorcha. Los que no tuvieran antorcha serían considerados intrusos o incluso bandidos. Las festividades, que podían durar varios días, comenzaban formalmente en la casa del novio" (Expositor’s Bible Commentary, vol. 8, Zondervan Publishing House, 1984, p. 513). La "antorcha" o "lámpara" era un palo con un trapo empapado en aceite en el extremo o una lámpara con un pequeño depósito de aceite y una mecha. En cualquier caso, para mantener la llama encendida era necesario añadir aceite de vez en cuando.
Algunos interpretan esta parábola como una imagen del rapto de la iglesia. Creemos que una mejor interpretación es que la parábola de las diez vírgenes representa la segunda venida de Cristo al final de la tribulación. Nuestra opinión es que todas las parábolas de esta serie se refieren a Israel, no a la iglesia. Israel durante los últimos tiempos es el tema central de Mateo 24, y Mateo 25 continúa con ese tema. Por lo tanto, en nuestra opinión, el novio de la parábola es Jesucristo, y las damas de honor que esperan son Israel. ¿Estará Israel listo para recibir al Señor como su Mesías? La respuesta de Jesús en la parábola es que algunos estarán listos para entrar en el reino, y otros no.
El mensaje subyacente de la parábola es que Cristo regresará a una hora desconocida y que Su pueblo debe estar preparado. Este tema se enfatiza en las palabras de Jesús que cierran la parábola: "Velen, pues no saben ni el día ni la hora" (Mateo 25:13). Anteriormente, en Su discurso, Jesús hizo la misma observación:
Pero de aquel día y hora nadie sabe , ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre. (Mateo 24:36)
Por tanto, velen, porque no saben en qué día viene su Señor. (Mateo 24:42)
El señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe. (Mateo 24:50)
En otras partes de las Escrituras se encuentran llamados similares a la vigilancia (por ejemplo, 2 Pedro 3:10).
Para estar preparado para el regreso de Cristo, una persona debe tener fe en Él. Ya sea que esa persona se encuentre en la era de la iglesia o en el tiempo de la tribulación, la fe en Cristo es lo que salva. Debemos nacer de nuevo. Para usar una metáfora de la parábola de Jesús, debemos tener el aceite. El Espíritu Santo debe morar en nosotros, produciendo la luz de la vida. Sin el Espíritu Santo, no estamos preparados. No importará cuán vigorosamente llamemos a la puerta o cuán fuerte proclamemos: "¡Señor, Señor!". Solo aquellos que, por medio del Espíritu, estén preparados para la venida del Señor entrarán en el reino de los cielos.
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