settings icon
share icon
Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre la jerarquía en la iglesia?

Respuesta


Una jerarquía eclesiástica es un sistema general de gobierno de la iglesia que clasifica a los líderes en distintos niveles de autoridad. Por ejemplo, la Iglesia Católica Romana tiene una jerarquía: laicos, pastores (sacerdotes), obispos y el papa. Dentro del grupo de obispos hay distintas categorías como arzobispos o cardenales, según sus nombramientos y niveles de responsabilidad. Algunas denominaciones protestantes también tienen una jerarquía que incluye laicos, clero y obispos (aunque sin papa). En cambio, las iglesias independientes o no denominacionales rechazan cualquier jerarquía fuera de la congregación local, ya que consideran que cada iglesia es autónoma y debe gobernarse a sí misma.

La Biblia da instrucciones básicas sobre cómo se debe organizar una iglesia, pero no establece una jerarquía eclesiástica global o regional. Los dos oficios bíblicos que se mencionan son ancianos (o presbíteros) y diáconos (Hechos 14:23; 1 Timoteo 3:8–13), y Cristo es la cabeza de la iglesia y Su autoridad suprema (Efesios 1:22; Colosenses 1:18). Como el término "ancianos" aparece habitualmente en plural en el Nuevo Testamento, parece que cada iglesia local contaba normalmente con una pluralidad de ancianos. Además, en la Escritura los términos anciano, obispo y pastor se usan de manera intercambiable.

La iglesia primitiva también tenía apóstoles, quienes estaban poniendo los fundamentos de la iglesia (Efesios 2:20). Parte de su tarea era designar ancianos en cada iglesia que se iba estableciendo. Por ejemplo, en su primer viaje misionero, "[Pablo y Bernabé] designaron ancianos en cada iglesia [en Asia Menor], habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído" (Hechos 14:23, NBLA). A veces estas designaciones se hacían a través de un representante apostólico. Por ejemplo, Pablo encargó a Tito que estableciera ancianos en las iglesias de Creta (Tito 1:5). Está claro que cada iglesia tenía sus propios ancianos, y, una vez pasada la era apostólica, la autoridad eclesiástica no se extendía más allá de eso. La intención bíblica era que cada iglesia local fuera autónoma, con autoridad propia y libre de jerarquías externas.

A pesar de esa autonomía, las iglesias del primer siglo cooperaban para cubrir necesidades. Cuando la iglesia en Jerusalén sufría persecución y escasez por una hambruna, la iglesia de Antioquía envió ayuda: "Los discípulos, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una ayuda a los hermanos que habitaban en Judea. Y así lo hicieron, mandándola a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo" (Hechos 11:29–30, NBLA). Nota que no había un arzobispo o director regional supervisando esta acción; simplemente fueron creyentes de Antioquía que decidieron ayudar, y lo hicieron enviando el donativo a los ancianos de Jerusalén. En Romanos 15:26 y 2 Corintios 8, el apóstol Pablo coordinó colectas para los creyentes en Judea, pero nuevamente, ese trabajo estaba ligado a su rol único como apóstol, y no justifica la idea no bíblica de una "sucesión apostólica" como base para una jerarquía eclesiástica moderna.

El único momento en que el Nuevo Testamento parece insinuar una estructura jerárquica es en el relato del Concilio de Jerusalén, en Hechos 15. Ante ciertas dudas sobre la relación entre la ley de Moisés y los creyentes gentiles, los cristianos de Antioquía se reunieron con los apóstoles y ancianos en Jerusalén (v. 6). Luego de escuchar argumentos, "después de mucho debate" (v. 7, NBLA), el concilio emitió unas directrices en una carta dirigida a los gentiles que se estaban sumando a la iglesia (vv. 23–29). Algunos han interpretado este episodio como un respaldo a la existencia de una jerarquía centralizada en la iglesia primitiva. Pero es mejor entenderlo tal como lo presenta el texto: una orientación pastoral dada por apóstoles y ancianos en conjunto sobre un asunto importante. La decisión no fue impuesta por una sola figura de autoridad, sino que surgió de un grupo de hombres que se veían a sí mismos como hermanos. La carta del concilio comienza así: "Los apóstoles, y los hermanos que son ancianos, a los hermanos en Antioquía, Siria y Cilicia que son de los gentiles" (v. 23, NBLA).

En conclusión, el Nuevo Testamento no respalda una jerarquía eclesiástica extendida que abarque amplias regiones geográficas. Ningún anciano recibió autoridad sobre otro anciano, y cada congregación local tenía sus propios ancianos, obispos o pastores. Incluso la distinción moderna entre clero y laicos es un producto de la tradición eclesiástica y no tiene base bíblica. Los apóstoles se veían a sí mismos como "colaboradores" nuestros (Filemón 1:24), no como una clase superior. Ninguna persona, fuera de los apóstoles, ejerció autoridad sobre más de una iglesia. Y después del primer siglo, ya no hubo apóstoles.

English



Retornar a la página inicial de Español

¿Qué dice la Biblia sobre la jerarquía en la iglesia?
Suscríbete a la

Pregunta de la Semana

Comparte esta página: Facebook icon Twitter icon Pinterest icon YouTube icon Email icon
© Copyright Got Questions Ministries