Pregunta
¿Cómo puedo reconocer una iglesia muerta?
Respuesta
Una iglesia muerta puede ser perjudicial para tu crecimiento espiritual, así que evítala a toda costa. Los líderes de iglesia también deben ser capaces de reconocer las señales de una iglesia en decadencia espiritual y actuar en consecuencia. Aunque la comunión cristiana es vital (Hebreos 10:25), también estamos llamados a discernir, ya que hay falsos maestros dispuestos a engañar (Mateo 7:15; 1 Juan 4:1; 2 Pedro 2:1). Tristemente, algunas iglesias están espiritualmente vacías y se podrían llamar con toda razón "muertas".
Algunos podrían pensar que una iglesia muerta es simplemente una que ha cerrado sus puertas. Sin embargo, una congregación puede estar creciendo numéricamente y tener una vida social activa, pero estar espiritualmente muerta. En el libro de Apocalipsis, la iglesia en Sardis fue descrita como aquella que "[tiene] nombre de que vives, pero estás muerto" (Apocalipsis 3:1, NBLA).
Estas palabras son una advertencia seria. Hay que tener cuidado de no medir la salud de una iglesia por la cantidad de miembros, la opulencia de sus instalaciones, el éxito económico de sus asistentes o cualquier otro resultado externo. Una iglesia muerta tiene problemas más profundos.
Aquí algunos indicadores de una iglesia muerta:
1. El Evangelio es ignorado o malinterpretado. Las Escrituras apuntan a la persona de Jesucristo y a Su obra redentora como el pago por nuestro pecado. Ese es el mensaje del evangelio (Romanos 1:3; 3:21–24), y no debemos avergonzarnos de él (Romanos 1:16–17). El evangelio está en el centro del cristianismo, y quienes predican uno falso son considerados malditos (Gálatas 1:8). El mensaje del evangelio es lo que distingue a una iglesia viva de una muerta.
Una iglesia muerta predica un evangelio falso o no predica ninguno. Algunos ejemplos de falsos evangelios son el evangelio de la prosperidad (Jesús murió para que seas rico y tengas salud), el evangelio de la autoestima (Jesús vino a levantarte el ánimo y aumentar tu confianza) y el evangelio de la justicia social (Jesús vino a resolver los problemas sociales).
El verdadero evangelio trata de cómo Dios nos reconcilió consigo mismo mediante el sacrificio de Cristo por nuestros pecados. Implica entender el pecado, la ira de Dios, la muerte de Cristo y Su resurrección. Una iglesia que ignora o minimiza este mensaje transformador está muriendo o ya está muerta.
2. Una iglesia muerta se inclina hacia el legalismo o el libertinaje. Los cristianos deben evitar los dos errores del legalismo y el libertinaje. Una iglesia muerta se ha volcado completamente hacia uno de estos extremos. Los legalistas creen que son aceptados por Dios al seguir un conjunto de reglas. Algunas de estas reglas no son bíblicas, como prohibir practicar deportes o asistir al cine. Otras, que sí son bíblicas, se convierten erróneamente en condiciones de salvación. Por ejemplo, un legalista podría predicar que no diezmar te lleva al infierno. Este tipo de legalismo fue el que Pablo enfrentó con los gálatas (Gálatas 5:2–4).
Los verdaderos cristianos también pueden caer en el legalismo cuando convierten sus convicciones personales en asuntos centrales. Otro síntoma es no mostrar gracia hacia quienes piensan diferente en temas no esenciales. Tener algunos creyentes legalistas no hace que una iglesia esté muerta; el problema es cuando la enseñanza y las tradiciones de la iglesia adoptan esa postura.
El otro extremo es el libertinaje, como se describe en Judas 1:3–4:
"Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo" (NBLA).
Las personas libertinas creen (o viven) como si la gracia de Dios les diera libertad para entregarse a todo deseo pecaminoso. La Escritura se opone firmemente a esta idea. La gracia de Dios nos impulsa a decir no a la impiedad (Tito 2:11–14). Hemos sido liberados del pecado, no para pecar (Romanos 6:14–18; Juan 8:34–36; Gálatas 5:13). No debemos vivir para el pecado, sino para Dios (Romanos 6:11). La inmoralidad es común en una iglesia muerta, como ocurría en Corinto (1 Corintios 5:1).
3. No hay amor. Juan 13:35 dice: "En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros" (NBLA). Una iglesia muerta carece de amor. Jesús elogió a la iglesia de Éfeso por sus muchas buenas obras, pero la reprendió por su falta de amor (Apocalipsis 2:4). El amor mutuo es una cualidad fundamental que los creyentes deben poseer.
El tipo de amor del que habla Jesús no es el sentimentalismo promovido en ciertos círculos liberales, ese tipo de "amor" que afirma a todo el mundo, pero nunca señala a nadie hacia la verdad de Dios. El amor bíblico es afectuoso (Efesios 4:32), pero también está unido a lo correcto y verdadero (1 Corintios 13:6). Amar a Dios significa obedecer Sus mandamientos (Juan 14:15; 1 Juan 5:2–4). Amar a los demás implica tratarlos como Dios quiere (Romanos 13:8–10). Esto puede incluir reprenderlos cuando se desvían.
4. Una iglesia muerta niega doctrinas esenciales. ¿Niega una iglesia la Trinidad? ¿La divinidad de Cristo? ¿La salvación por gracia mediante la fe? Estas son señales de alarma. Una iglesia que no concuerda con los aspectos fundamentales de la fe vive en una contradicción, como un vegano que come carne. Aunque extendemos gracia en cuestiones de importancia secundaria, debemos estar atentos a la herejía y luchar por la fe (Judas 1:3).
Como expresó acertadamente Rupertus Meldenius: "En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todo, caridad" (Paraenesis votiva pro Pace Ecclesiae ad Theologos Augustanae Confessionis, 1627). Las iglesias muertas dividen el cristianismo. Podemos estar de acuerdo en disentir sobre temas secundarios, pero no existe unidad sin creencias esenciales. La unidad no se ve amenazada por quienes señalan enseñanzas falsas, sino por los falsos maestros que introducen herejías en la iglesia en secreto (2 Pedro 2:1).
Una iglesia muerta se puede restaurar si sus líderes reconocen sus fracasos y regresan al camino correcto. Aunque una iglesia puede considerarse muerta en otras áreas, como las finanzas y la infraestructura, elegimos destacar lo que es más importante para el alma. El amor y la verdad bíblicos están por encima del dinero y los grandes edificios.
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¿Cómo puedo reconocer una iglesia muerta?
