Pregunta
¿Cuándo es el momento adecuado para construir un nuevo edificio para la iglesia?
Respuesta
La conclusión es que solo Dios puede aclarar lo que una iglesia debe hacer en cuanto a sus gastos y planes. Sin embargo, hay algunas cosas importantes en las que se puede estar de acuerdo.
Es razonable que una iglesia planifique con anticipación y sea sensible a las crecientes necesidades de la familia de la iglesia. También es razonable imaginar lo que se podría lograr al alcanzar a otros para Jesucristo si se contara con las instalaciones adecuadas. Muchos expertos en crecimiento de iglesias creen que cuando una iglesia alcanza entre el 70 % y el 80 % de su capacidad, no podrá seguir creciendo si no hay planes de expansión.
Una iglesia puede caer en el materialismo cuando empieza a valorar más las cosas que a las personas. Si un programa de construcción de un nuevo edificio se hace por el orgullo de los miembros en lugar de por la efectividad del ministerio, entonces la iglesia corre el riesgo de tener un mal programa de construcción. En todo, la iglesia debe desear que Cristo sea exaltado, que los perdidos sean alcanzados y que los salvos sean discipulados para la gloria de Dios.
La iglesia no es un edificio, sino las personas que Dios ha rescatado y hecho parte de Su familia. A menudo, Dios decide bendecir a una familia con crecimiento numérico. Cuando una familia crece, normalmente se plantea si hay suficiente espacio en las instalaciones actuales. Si no hay espacio suficiente, una opción es hacer una ampliación; otra, mudarse a una casa diferente. Las instalaciones deben estar diseñadas de manera que faciliten las funciones necesarias del hogar, y no como un monumento a la grandeza de la familia. Para que una iglesia realmente esté creciendo físicamente de una manera piadosa, debe asegurarse de que su motivo sea ser usada por Dios para edificar el cuerpo de Cristo y contribuir a la edificación de la iglesia universal de Jesucristo. En otras palabras, todo ministerio debe estar impulsado por la misión, no por el mercado.
La Palabra de Dios nos dice que la única manera correcta de edificar es sobre nuestra relación con Jesucristo (1 Corintios 3:11-15). Una de las trampas más grandes al construir algo más grande es el orgullo y las prioridades equivocadas (Salmo 127:1). Recuerda la parábola del hombre rico en Lucas 12:16. Nunca debemos poner nuestra fe en las cosas ni creer que lo que Dios nos da lo hemos ganado o podemos retener por nuestros propios medios.
Puedes estar seguro de que, si Dios quiere que tu iglesia se expanda, Él traerá liderazgo, unidad y recursos. Si eso no está presente, es razonable dar un paso atrás y reconsiderar la dirección. No hay nada en la Biblia que prohíba que una iglesia se expanda físicamente. La cuestión está en el momento, el motivo y el propósito de la construcción. Dios es más glorificado cuando la iglesia le obedece y crece espiritualmente, que cuando simplemente se expande físicamente. Recuerda que todo lo que no proviene de la fe es pecado; por lo tanto, solo involúcrate si has buscado la voluntad de Dios y estás convencido de lo que Él te está pidiendo que hagas (Romanos 14:23).
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