Pregunta
¿Está mal que un cristiano tenga un atrapasueños?
Respuesta
Los atrapasueños forman parte de la religión, la tradición y el arte de los nativos americanos desde hace mucho tiempo. Su origen se encuentra entre los ojibwe, o chippewa, y los lakota, una confederación de siete tribus sioux. Los atrapasueños consisten en un círculo que sostiene una red con cuentas y del cual cuelgan plumas. Como sugiere su nombre, su propósito es "atrapar" los sueños, es decir, retener los sueños malos o malignos y permitir que los buenos pasen hacia el durmiente. Por lo general, se colocan en una ventana o sobre la cama para que los buenos sueños "desciendan" por las plumas hacia quien está durmiendo.
Básicamente, un atrapasueños pretende manipular el mundo espiritual. Algunas personas creen en su eficacia; otras no están seguras, pero son lo suficientemente supersticiosas como para tener uno en el dormitorio. Otros ven los atrapasueños simplemente como parte de una herencia cultural o como una pieza decorativa que luce bien en el espejo retrovisor del automóvil.
Conociendo el trasfondo de los atrapasueños y su uso como talismán, muchos cristianos prefieren evitar cualquier relación con ellos. ¿Está justificada esta preocupación? Un pasaje útil es 1 Corintios 8, donde Pablo se dirige a cristianos que vivían en una cultura pagana saturada de superstición, magia y sacrificios ofrecidos a diversos ídolos. Los sacrificios eran especialmente problemáticos, ya que la carne sacrificada se vendía en el mercado. Algunos cristianos creían que comer esa carne equivalía a avalar el sacrificio y, por tanto, era inapropiado; otros consideraban que, puesto que ellos no adoraban al ídolo, podían comerla sin problema.
La orientación de Pablo fue esta: "Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores, pero para nosotros hay un solo Dios… Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Porque algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen alimento como si este fuera sacrificado a un ídolo, y su conciencia, siendo débil, se mancha" (1 Corintios 8:5–7). En última instancia, "la comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos". Pero debemos tener cuidado de que "esta libertad de ustedes de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil" (vv. 8–9). Lo mismo que aplicaba a los alimentos asociados a la idolatría en el siglo I, se aplica hoy a los objetos supersticiosos.
El cristiano entiende que los dioses falsos no son nada y que un atrapasueños no tiene poder real. Un creyente podría verlo simplemente como una artesanía o una expresión cultural. Sin embargo, antes de comprar uno y colgarlo en la ventana, debe considerar cómo lo percibirán los demás. ¿Lo verán como un amuleto para manipular el mundo espiritual? ¿Pensarán que su dueño aprueba las religiones nativas? Conservar un atrapasueños es una cuestión de conciencia; mientras no se utilice como talismán o amuleto de buena suerte, es bastante inocente. Pero debemos tomar en cuenta a aquellos a quienes queremos servir.
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¿Está mal que un cristiano tenga un atrapasueños?
