Pregunta
¿Por qué estuvo mal que Saúl ofreciera un sacrificio?
Respuesta
En 1 Samuel 13, Saúl y su ejército esperaban la llegada de Samuel para ofrecer un sacrificio antes de ir a la guerra. Como Samuel aún no había llegado y los soldados estaban por huir en lugar de enfrentar a los filisteos, Saúl, impaciente, decidió ofrecer él mismo el sacrificio.
Justo cuando terminó de ofrecerlo, llegó Samuel y le dijo: "Has obrado neciamente; no has guardado el mandamiento que el Señor tu Dios te ordenó" (1 Samuel 13:13, NBLA). ¿Por qué fue insensato ofrecer el sacrificio? Porque Saúl desobedeció una instrucción directa que el profeta Samuel le había dado anteriormente en 1 Samuel 10:8: "Descenderás delante de mí a Gilgal, y también yo descenderé a donde estás para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Esperarás siete días hasta que venga a verte y te muestre lo que debes hacer" (NBLA).
Estos siete días probablemente tenían como propósito enseñarle a Saúl paciencia y dependencia de Dios. Saúl esperó los siete días, pero apenas. En cuanto se cumplió el plazo, ofreció el sacrificio por su cuenta, negándose a esperar más por Samuel. Con esta acción precipitada, Saúl dejó ver varias debilidades que lo hacían inapto para ser rey, como la impaciencia y la autosuficiencia. Su sacrificio demostró que no quería colaborar con Samuel ni obedecer a Dios; más bien, quiso tomar el control por sí mismo. El rey debía seguir las instrucciones del Señor, pero Saúl actuó como si pudiera hacer lo que quisiera, cometiendo así un grave error.
Una razón secundaria, por la que la acción de Saúl fue incorrecta, es que él no era sacerdote ni levita. Por lo tanto, no tenía la autoridad legal para ofrecer un holocausto ni una ofrenda de paz. Saúl era de la tribu de Benjamín y no le correspondía realizar funciones sacerdotales. Sin embargo, el texto bíblico señala que la razón principal por la cual su acción fue pecaminosa es que desobedeció la orden de Samuel. Samuel era un profeta y una autoridad espiritual, y la palabra del Señor le había sido dada a Saúl por medio de él.
De hecho, el rey David—quien sucedió a Saúl—también ofreció un holocausto al Señor. En 2 Samuel 24:25 leemos: "Y allí edificó David un altar al Señor, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz" (NBLA). Sin embargo, en ese caso David actuó en obediencia a la orden del profeta Gad (2 Samuel 24:18-19).
Podemos extraer varias lecciones valiosas de la situación de Saúl. Primero, queda claro que Dios desea nuestra obediencia. Segundo, muchas veces se requiere paciencia para cumplir plenamente la voluntad de Dios. Tercero, hay consecuencias negativas cuando elegimos nuestro propio camino en lugar del de Dios. Aunque obedecer la Palabra del Señor no siempre sea fácil ni conveniente, siempre es la mejor elección, tanto para nuestra vida como para nuestro servicio a los demás.
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