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Pregunta

¿Cómo debe un cristiano ver el trastorno límite de la personalidad (TLP)?

Respuesta


Nota: como con muchos problemas psicológicos, a menudo hay tanto un aspecto físico como espiritual en los trastornos de la personalidad. Aunque creemos que los psicólogos a menudo pasan por alto la naturaleza espiritual de la enfermedad, animamos encarecidamente a cualquier persona que sufra de enfermedad mental a buscar atención médica y asesoramiento.

En general, las personas con trastornos de la personalidad muestran un patrón de pensamiento y comportamiento que entra en conflicto con las expectativas básicas de su cultura. Los trastornos de la personalidad afectan negativamente la vida de la persona y típicamente comienzan en la adolescencia o la adultez temprana. Muchas personas con trastornos de la personalidad también tienen otras enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.

Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un trastorno de salud mental significativo que es tan disruptivo que una vez se pensó que era intratable. El trastorno límite de la personalidad es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, problemas con la autoimagen, emociones intensas y comportamiento impulsivo. Dos discapacidades significativas caracterizan al TLP: la incapacidad para conocerse a uno mismo y la incapacidad para entender el valor que se tiene para los demás. Una descripción común del TLP es "Te odio, no me dejes".

Las personas con trastorno límite de la personalidad tienen un débil sentido de la auto-identificación. Esto conduce a una serie de reacciones, incluyendo baja autoestima, la creencia de que son malvados o malos, una sensación de vacío, e incluso episodios disociativos provocados por el estrés. Estos rasgos pueden manifestarse en cambios dramáticos e impulsivos en las carreras, las identidades sexuales y/o los valores.

Incapaces de encontrar valor en sí mismos y teniendo dificultades para mantener un entorno estable, las personas con trastorno límite de la personalidad buscan la aprobación de los demás. Sin embargo, esta búsqueda está llena de peligro ya que se mezcla con un miedo (real o imaginado) de abandono. Las personas con TLP tienen grandes dificultades para leer a los demás y una tendencia a interpretar situaciones sociales relativamente benignas como rechazo, falta de respeto o abuso. Aquellos con trastorno límite de la personalidad buscan amor y aprobación de los demás. Sus mentes tienden a aferrarse a una sola persona que creen que satisfará todas sus necesidades emocionales. Pero cuando el individuo idealizado es incapaz de proporcionar suficiente y consistente apoyo, aquellos con TLP se desilusionan rápidamente. Esto lleva al miedo al abandono y la confirmación de que son malos o indignos de amor. Puede haber episodios de fuerte ira, luego culpa, lo cual alimenta nuevamente la creencia de que son malos.

El trastorno límite de la personalidad dificulta las relaciones estables. Los intentos de encontrar la paz conducen a comportamientos impulsivos como el abuso de sustancias, el juego o la alimentación compulsiva. Las tasas de autolesiones y suicidio son altas entre las personas con trastorno límite de la personalidad. El aspecto del TLP que más afecta negativamente las relaciones es el balanceo entre la idealización relacional y la decepción que se manifiesta en arrebatos violentos. Los cambios de humor sabotean las buenas y estables relaciones que tanto desean. Aquellos con trastorno límite de la personalidad también tienden a ser altamente inteligentes, lo cual dificulta cambiar su punto de vista mediante argumentación.

Causas

El campo de la salud mental ha tenido problemas para determinar qué causa exactamente el trastorno límite de la personalidad. Hay un vínculo genético definitivo, ya que los familiares directos son cinco veces más susceptibles a tener la enfermedad. Es probable que sea causado por un evento traumático o un abandono (real o percibido) durante la infancia que no fue suficientemente tratado, combinado con una predilección fisiológica o psicológica. Algunos dicen que un niño que se siente descuidado oscila entre comportarse y portarse bien en busca de atención, y, cuando el nivel de atención deseado no llega, el péndulo oscila cada vez más hasta que el niño no puede encontrar un equilibrio. Pero el trastorno límite de la personalidad ciertamente se puede encontrar en personas que tuvieron padres cariñosos y de apoyo.

Tratamiento

El trastorno límite de la personalidad puede ser una fuerza dominante en la personalidad de uno, pero tiende a suavizarse con la edad y la experiencia. Los medicamentos tienen poco efecto, aunque pueden ser prescritos para problemas secundarios como la ansiedad. Algunos cristianos con TLP han aprendido a moderar sus síntomas centrándose en la pecaminosidad de su comportamiento reactivo. Cuando se sienten enojados y resentidos, liberan esos sentimientos a Dios. Cuando se sienten vacíos, recuerdan su identidad en Cristo. Esto requiere mucho trabajo duro y apoyo espiritual. Mitigar los síntomas del TLP no es fácil.

En los últimos años, la terapia dialéctica de comportamiento (TDC) ha proporcionado una ayuda significativa para algunas personas con trastorno límite de la personalidad, acelerando quizás las lecciones que de otro modo se aprenderían a través de la experiencia. La TDC enseña cómo interpretar e interactuar con el mundo tal como es, no como se siente. Ayuda a los pacientes a hacer una pausa y a considerar lógicamente lo que están experimentando, a darse cuenta de qué experiencias son perjudiciales y cuáles son normales, y a recordar expresar las necesidades directamente, sin recurrir a la manipulación. Incluye una forma de terapia cognitivo-conductual (TCC) que enseña al paciente cómo cambiar las creencias centrales que causan comportamientos indeseados. La terapia dialéctica de comportamiento no tiene un fundamento bíblico, per se, pero sí ayuda a aquellos con mentes heridas a interpretar e interactuar con la creación de Dios de maneras más bíblicas, por ejemplo, capturando todo pensamiento (2 Corintios 10:5) y siendo lento para la ira (Santiago 1:19).

Para la persona con TLP

Hay un par de aspectos del TLP que hacen que el camino cristiano sea particularmente difícil. Cuando estás lleno de abrumadores sentimientos de fracaso e indignidad, puede ser fácil pensar que esos pensamientos son el punto de vista de Dios y no una trampa del trastorno. El rápido cambio a la condición de víctima no ayuda, ya que las simples costumbres religiosas se reinterpretan como opresivas o incluso abusivas. Es importante darse cuenta de que el TLP te empuja a reaccionar de manera impía y pecaminosa. El cristiano con TLP necesita recordar que la Palabra de Dios es más verdadera que nuestras interpretaciones caídas, y Sus mandamientos son correctos, donde nuestras tendencias naturales son incorrectas, incluso si se sienten justificadas. Como dice 1 Corintios 13, el amor es paciente y bondadoso, no irritado y egoísta. El amor no insiste en tener las cosas a su modo. No es resentido. Tolera y soporta las dificultades y no pone la culpa en los demás. Parte de ser amoroso significa confiar en Dios con tus necesidades y no exigir que otros den lo que solo Cristo puede (Filipenses 4:19).

El trastorno límite de la personalidad es una condición grave que afecta negativamente la forma en la que te interpretas a ti mismo, a los demás y al mundo. Recuérdese la verdad: Dios te ama, a veces de maneras que no aprecias en el momento. Jesús murió por tus pecados, y, si lo has aceptado, Dios te ve sin pecado. Los sentimientos, especialmente aquellos que se intensifican o son impulsados por experiencias malinterpretadas, no siempre son representativos de la verdad.

Dios nunca te dejará ni te abandonará (Hebreos 13:5). Si buscas a Dios, lo encontrarás (Jeremías 29:13). Si buscas primero la perspectiva y la realidad de Dios, subsecuentemente encontrarás lo que necesitas (Mateo 6:33).

Para amigos y familiares de aquellos con TLP

La visión del mundo altamente personalizada y rígida y las grandes necesidades emocionales de alguien con TLP afectan negativamente a los seres queridos. Cuando Dios no interviene de la manera exacta que la persona quiere (lo cual es inevitable cuando hay abuso o abandono en la infancia), la ira arde y Dios es rechazado. Puede ser extremadamente difícil hablar del amor y la gracia de Dios a alguien que está convencido de que es indigno a menos que lo vea amándolo de la manera que él quiere. La oración es siempre el primer paso para cualquier amigo o familiar de alguien con TLP

El siguiente paso es educarse. Las personas con trastorno límite de la personalidad necesitan amigos con corazones fuertes y límites más fuertes. Los límites definen qué comportamientos el amigo tolerará (como las horas que responderán el teléfono) y deben reflejar los límites establecidos en la Biblia. Señalar de manera consistente pero amorosa las consecuencias naturales de un comportamiento pecaminoso ayudará a la persona con TLP a recordar que la Biblia tiene una verdad que no siempre es accesible para la mente emocional. Estos límites son esenciales para proteger la salud mental de los amigos para que puedan continuar brindando apoyo.

Los familiares y amigos también necesitan poder hablar la verdad repetidamente, ofreciendo alternativas para los motivos malintencionados percibidos o recordando que los demás tienen derecho a tener diferentes puntos de vista y diferentes necesidades. Necesitan reconocer cuando una discusión se está saliendo de control y la conversación necesita ser redirigida. Si la persona está pasando por TDC o TCC, los amigos deberían aprender los principios básicos para poder reforzar las herramientas de terapia.

El autocuidado para los amigos y familiares incluye recordatorios ocasionales de su propia realidad cuando su ser querido con TLP estalla en ira y culpa. Puede ser útil considerar que algunos con TLP pueden emplear la mentira crónica como mecanismo de afrontamiento para prevenir el abandono. También recuerde que, en situaciones de emoción intensificada, las personas, tanto con como sin TLP, pueden transmitir una imagen incorrecta de la realidad de la situación. Tomar un momento para respirar y enfocar tu propio corazón en Dios puede ayudarte a mantenerte estable en medio de la aparente turbulencia. Y los amigos y familiares deben considerar conseguir apoyo externo para ellos mismos, incluso un consejero si es necesario, para que los cuidadores también sean cuidados.

TLP y Salvación

La promesa de la Biblia es clara: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:38-39).

Las heridas emocionales, las incapacidades cognitivas, el abuso pasado y los sentimientos, ninguno de estos es lo suficientemente poderoso para evitar que el amor de Dios brille sobre aquellos que confían en Cristo. Nuestra salvación se basa en la obra de Cristo en la cruz, no en nuestros sentimientos rotos. Todos los creyentes necesitan recordatorios de la bondad de Dios y del sacrificio y amor de Jesús; las personas con TLP solo necesitan esos recordatorios con más frecuencia. Todos los creyentes necesitan una comunidad para el ánimo y la exhortación; las personas con TLP necesitan una comunidad que sea excepcionalmente estable.

La oferta de salvación de Dios trae a colación una verdad más tanto para la persona con TLP como para sus seres queridos: el perdón. Si sufres de TLP, debes aprender a perdonar a aquellos que no cumplen tus expectativas, ya sean legítimas o poco realistas. Si conoces a alguien con TLP, debes aprender a perdonar la necesidad, las mentiras y las explosiones emocionales volátiles. Para cualquiera de las dos personas, es posible que necesites pasar algún tiempo aparte, pero hazlo como oportunidad para buscar la guía y el apoyo de Dios, no por ira. "El amor cubrirá todas las faltas" (Proverbios 10:12). Como dijo Jesús, estamos para perdonar a nuestro hermano setenta y siete veces (Mateo 18:21-22). Nuestro Señor es excepcionalmente experimentado en el perdón y puede equiparnos para seguir Su ejemplo.

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