Pregunta
¿Realmente el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre (Joel 2:31)?
Respuesta
Joel 2:31 predice: "El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y terrible" (NBLA). ¿Significa esto que el sol literalmente se volverá negro y la luna se tornará sangre?
No necesariamente. Como sucede con muchas descripciones proféticas, esta predicción está expresada en un lenguaje visual o de apariencia, y no se debe entender de forma técnica. La idea es que la luz del sol será bloqueada y que la luna tendrá una apariencia rojiza, como la sangre.
El sol se oscurece en ocasiones durante un eclipse solar. Es posible que este fenómeno natural sea una señal del pronto regreso del Señor en los tiempos finales. También podría tratarse de una oscuridad sobrenatural, similar a la que ocurrió durante la crucifixión de Jesús (Mateo 27:45).
Que ocurra un eclipse solar total en cierto momento puede no parecer gran cosa. Hay un eclipse total visible en alguna parte del mundo aproximadamente cada 18 meses. Sin embargo, desde un mismo punto de la Tierra, un eclipse total se ve solo una vez cada varios siglos.
Es probable que la profecía de Joel incluya un eclipse visible desde Israel poco antes de la segunda venida de Cristo. Esto mostraría el control preciso de Dios sobre el tiempo. Pero también es posible que se trate de un evento sobrenatural que bloquee la luz del sol en todo el planeta. Esto explicaría cómo el sol puede verse oscuro y la luna roja al mismo tiempo, aunque la profecía no indica que ambos eventos ocurran simultáneamente.
La luna se ve roja durante un eclipse lunar total. Una vez más, será el momento en que ocurra este fenómeno lo que pondrá de manifiesto el poder sobrenatural de Dios.
Jesús habló de este evento en Mateo 24:29–30: "Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria" (NBLA). Aquí, Jesús indica que estos fenómenos ocurrirán al final del período de tribulación, poco antes de Su regreso a la Tierra. Es posible que los juicios y la devastación que ocurran durante la tribulación creen las condiciones que hagan que el sol se oscurezca y la luna adquiera un tono rojo.
Independientemente de cómo suceda, la apariencia del sol y la luna cambiará. La profecía de Joel es clara: un sol oscurecido y una luna rojiza estarán relacionados con el juicio de Dios poco antes del regreso de Cristo.
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¿Realmente el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre (Joel 2:31)?
