Pregunta
¿Por qué Jesús llamó a los fariseos sepulcros blanqueados en Mateo 23:27?
Respuesta
La condena "ustedes...son semejantes a sepulcros blanqueados" fue parte del severo reproche que Jesús dirigió a los escribas y fariseos en Mateo 23. Es una de las siete denuncias que pronunció contra los líderes religiosos al enfrentarlos por su hipocresía.
La expresión "sepulcros blanqueados" significa exactamente lo que parece: tumbas o mausoleos cubiertos con cal para que "por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia" (Mateo 23:27). Esto refleja la condición espiritual de los escribas y fariseos. Por fuera parecían santos y puros, pero por dentro estaban espiritualmente muertos.
Esta comparación habría resultado especialmente ofensiva para ellos, ya que la ley de Moisés decía: "El que toque el cadáver de una persona quedará inmundo por siete días" (Números 19:11). Para un grupo de personas que se enorgullecía de su pureza ceremonial y de observar la ley al pie de la letra, ser acusados de estar llenos de cadáveres era algo insoportable. Pero ese era precisamente el punto de Jesús: podían estar limpios por fuera, pero por dentro eran el grado más alto de impureza: llenos de muerte y corrupción, aquello que más evitaban.
Una declaración tan dura de parte de Jesús revela Su indignación ante la hipocresía de estos líderes religiosos, que solo se preocupaban por las apariencias. Cuidaban lo que los demás podían ver—y se enorgullecían de ello—pero descuidaban lo que solo Dios podía ver. "Pintaban el exterior" mientras dejaban el interior lleno de avaricia y desenfreno (Mateo 23:25). A sus ojos, cumplir con la ley bastaba para ser santos, sin importar la condición de su corazón. Jesús necesitaba confrontar la superficialidad de estos líderes peligrosos que no vivían lo que enseñaban. Como sepulcros blanqueados, se dirigían ellos mismos—y arrastraban a otros—hacia la muerte y la separación de Dios (Mateo 23:15).
En el Sermón del Monte, Jesús explicó que la ley no se trataba meramente de cumplir reglas externas, sino de una transformación interior del corazón. Una ilustración útil es comparar la ley con un espejo, que revela los defectos del ser humano y cuánto necesita de Dios, así como un espejo muestra los restos de comida entre los dientes. La ley puede revelar la impureza, pero no puede limpiar a nadie ni hacerlo justo; solo Dios puede hacerlo. Los fariseos tomaban el espejo de la pared e intentaban usarlo para limpiarse los dientes. Simplemente no funciona.
La imagen de los sepulcros blanqueados contrasta fuertemente con Jesús mismo, el Hijo del Hombre, quien vino a dar vida (Juan 10:10). Él ofreció descanso y gracia en lugar de la carga imposible y la condenación impuesta por los fariseos (Mateo 11:28–30). La limpieza superficial de un sepulcro blanqueado jamás podrá compararse con la limpieza profunda que ofrece la sangre de Cristo (1 Juan 1:7). "En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia" (Efesios 1:7).
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¿Por qué Jesús llamó a los fariseos sepulcros blanqueados en Mateo 23:27?
