Pregunta
¿Cómo restituye Dios los años que comieron las langostas? (Joel 2:25)
Respuesta
La declaración de Joel 2:25—"Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta"—hace referencia a la producción de alimento que se perdió durante los años en que las langostas destruyeron la cosecha. Un análisis más profundo del contexto y los detalles de este versículo revela aún más la bondad de Dios.
Los cultivos de Israel habían sido arrasados por una invasión de langostas (Joel 1:4), y el impacto se prolongó por más de un año. Esto podría indicar que hubo invasiones en años consecutivos. Sin embargo, es más probable que una sola invasión haya causado daños con consecuencias que duraron varios años. Las langostas no solo destruyeron la cosecha del año, sino también las semillas almacenadas y los cultivos futuros, generando una devastación a largo plazo. La devastación de las vides y los árboles frutales también requería años para poder recuperarse (Joel 1:12).
Joel 2:25 se complementa con el versículo anterior, que dice: "Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite". La restauración de los años que comieron las langostas incluiría una cosecha abundante de trigo, uvas y aceitunas.
Joel había usado la invasión de langostas como una ilustración del juicio de Dios. Al prometer "restituir" los años perdidos, Dios se compromete a restaurar a Su pueblo arrepentido y devolverlo a un lugar de bendición después del castigo. El contexto menciona muchas otras bendiciones que acompañarían esa restauración:
-Pastos verdes para el ganado: "los pastos del desierto reverdecerán" (Joel 2:22).
-Árboles y vides que dan fruto: "los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos" (Joel 2:22).
-Lluvias de primavera y verano: "os ha dado la primera lluvia a su tiempo" (Joel 2:23), necesarias para una buena cosecha.
Los resultados de esta restauración serían tanto físicos como espirituales. En lo físico: "Tendrán mucho que comer y se saciarán". En lo espiritual: "Alabarán el nombre del Señor su Dios, que ha obrado maravillosamente con ustedes" (Joel 2:26, NBLA).
La conclusión de esta sección de Joel resume el propósito de Dios en la restauración: "Y nunca jamás será avergonzado Mi pueblo. Y sabrán que en medio de Israel estoy Yo, y que Yo soy el Señor su Dios y no hay otro. Nunca jamás será avergonzado Mi pueblo" (Joel 2:26–27, NBLA). Dios debe tratar con el pecado, pero cuando Su pueblo se arrepiente, Él les concede bendiciones abundantes que sobrepasan lo perdido en el juicio. Su gracia es sobreabundante.
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¿Cómo restituye Dios los años que comieron las langostas? (Joel 2:25)
