Pregunta
¿Qué significa que "mi fortaleza y mi canción es el Señor" (Éxodo 15:2)?
Respuesta
Después de que Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto y los hizo pasar por el Mar Rojo con un milagro, Moisés y los israelitas alabaron a Dios, su libertador, con un cántico (Éxodo 15:1). Ese cántico incluía la declaración: "Mi fortaleza y mi canción es el Señor" (Éxodo 15:2, NBLA). Durante más de cuatrocientos años, el pueblo de Israel había anhelado la libertad, pero no tenía la fuerza para liberarse por sí mismo. En el momento oportuno, Dios intervino con poder y les dio la victoria. En este momento de gratitud, el pueblo reconoció que Él era su fuerza.
Más adelante, luego de que Dios condujo al pueblo de Israel durante cuarenta años en el desierto (como juicio por su incredulidad y terquedad), Moisés les recordó que Dios les había provisto del maná, un pan del cielo, para que reconocieran que Dios era su sustento y su fuerza, y que su provisión y riqueza no eran resultado de su propio esfuerzo (Deuteronomio 8:17). Dios estaba haciendo bien a Israel, enseñándoles humildad y ayudándoles a entender que Él era su verdadera fortaleza, y que no debían confiar en su propia fuerza.
El salmista también reconoce a Dios como "mi fortaleza" en el Salmo 18:1, y amplía esa idea, llamándolo su roca, su castillo y su libertador (Salmo 18:2). David lo llama su fortaleza y su escudo (Salmo 28:7). Declara que cantará del poder de Dios y lo alabará por ser su fortaleza (Salmo 59:16–17). En todos estos pasajes vemos la estrecha relación entre que Dios sea nuestra fortaleza y el hecho de que Él sea digno de alabanza. En el cántico de Moisés e Israel en Éxodo 15, dicen: "Mi fortaleza y mi canción es el Señor". Si Dios no hubiera intervenido con Su fuerza a favor de Israel, ellos no tendrían ninguna canción que cantar. De hecho, ni siquiera estarían vivos para cantar.
Dios había liberado a Israel de forma milagrosa y, al menos por ese momento, la nación estaba agradecida y lo alababa, reconociéndolo como su fortaleza y su canción. A veces, en nuestra propia vida, fallamos en ver cuán grandes y beneficiosas son las obras de Dios a nuestro favor. O bien nos atribuimos el mérito por nuestros logros, o simplemente no lo reconocemos. Qué triste es pensar, aunque sea por un instante, que nuestra fuerza proviene de nosotros mismos, cuando en realidad todo lo que tenemos proviene de Él.
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¿Qué significa que "mi fortaleza y mi canción es el Señor" (Éxodo 15:2)?
