Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre las bromas groseras y burdas?
Respuesta
Las bromas groseras y burdas son intentos de provocar risas cruzando la línea de lo inapropiado. El uso de lenguaje soez, insinuaciones sexuales o comentarios groseros o racistas implica que una supuesta broma tuvo que apelar a los instintos más bajos para ganarse las risas. Efesios 5:3–4 advierte contra las bromas groseras: "Pero que la inmoralidad y toda impureza o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los santos. Tampoco haya obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias" (Efesios 5:3–4, NBLA). Es interesante que la burla grosera esté incluida en esta lista de pecados graves que son "impropios del pueblo santo de Dios".
Las bromas groseras y los chistes burdos no reflejan la nueva vida que tenemos en Cristo. Dios desea transformarnos renovando nuestra mente y santificando nuestro espíritu (Romanos 12:1–2; 2 Corintios 10:5; 1 Tesalonicenses 4:3). Somos templos vivientes, dedicados a la gloria de Dios (1 Corintios 6:19–20). Las partes físicas del cuerpo que antes estaban dedicadas al pecado se convierten en "instrumentos de justicia" (Romanos 6:12–13). Nuestras bocas son parte de ese proceso de transformación. De ellas deben salir adoración y alabanza, edificación y aliento, verdad y bendición (Santiago 3:9–12). Controlar nuestra boca es parte de la verdadera religión: "Si alguien se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana" (Santiago 1:26, NBLA).
En todo lo que hacemos debemos procurar glorificar a Dios (1 Corintios 10:31). Esto incluye nuestros chistes e intentos de hacer humor. La risa es buena, pero debemos aprender a controlar nuestras palabras, juzgando si son apropiadas para un cuerpo que alberga al Espíritu Santo. ¿Creería Jesús que ese chiste es apropiado? ¿Encontraría Él humor en el lenguaje vulgar, las indirectas degradantes o las insinuaciones sexuales? Si no es así, entonces debemos abstenernos de ese tipo de lenguaje. Las bromas groseras y burdas no deben salir de una boca que está dedicada a Su honor.
La Biblia dice que nuestras palabras son poderosas y que debemos tratarlas con respeto (Proverbios 18:21). Parte de madurar en Cristo es aprender a filtrar lo que sale de nuestra boca. Algunas personas se permiten bromas cuestionables y chistes groseros porque "es solo una broma". Pero Proverbios 26:19 advierte contra quienes se esconden detrás de la frase "¡Solo era una broma!": "Así es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: "¿Acaso no estaba yo bromeando?"" (Proverbios 26:19, NBLA). Las bromas no nos dan una excusa para pecar.
El humor inteligente no depende del impacto ofensivo ni del contenido vulgar. El verdadero humor puede sostenerse por sí mismo. Los comediantes que recurren a bromas inapropiadas y groseras para hacer reír solo demuestran su falta de creatividad. Necesitan incomodar a sus oyentes para mantener su atención, y eso no es una marca de excelencia.
Cuando nuestros pensamientos se purifican al sumergirnos en la Palabra de Dios, nuestra forma de hablar cambia (Filipenses 4:8). Las bromas groseras se sentirán fuera de lugar en nuestra boca, dejarán un mal sabor en nuestro espíritu y resonarán como un gong en nuestros oídos. Si pertenecemos a Jesús, el Espíritu Santo nos llevará al arrepentimiento cuando crucemos la línea. Las bromas groseras y burdas no tienen lugar en la vida de un seguidor de Cristo.
English
¿Qué dice la Biblia sobre las bromas groseras y burdas?
