Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre el presupuesto?
Respuesta
Un presupuesto es un plan que estima la cantidad de dinero que ingresará y la cantidad que se puede gastar durante un período determinado. Los negocios exitosos usan presupuestos para llevar un control de gastos y ganancias. Muchas familias usan presupuestos para que todos sepan cuánto dinero pueden gastar sin caer en problemas financieros. Algunos presupuestos son estrictos, anotados en papel o en una hoja de cálculo. Otros son solo mentales, donde cada persona tiene una idea general de su situación financiera. De cualquier modo, vivir con un presupuesto significa estar siempre conscientes de nuestra situación financiera y comprometernos a vivir dentro de nuestras posibilidades. Hacer un presupuesto es una manera en que podemos ser buenos administradores de todo lo que Dios nos ha dado (véase Lucas 12:42).
La Biblia no usa la palabra "presupuesto", pero habla mucho sobre la administración. En la Biblia, un mayordomo era la persona encargada de supervisar la propiedad, el dinero e incluso la familia de un patrón rico. Se esperaba que los mayordomos administraran bien, ya que el dueño de la casa esperaba que su dinero creciera y su propiedad se mantuviera en buen estado (Mateo 25:14–30). José fue mayordomo de Potifar en Génesis 39:2–6. Aunque era esclavo, ganó la confianza de su amo y quedó a cargo de todo lo que él poseía. Más tarde, como ayudante del faraón, José mostró excelente administración al almacenar el grano de Egipto para que el país sobreviviera a la hambruna venidera (Génesis 41:39–41). Podríamos decir que José hizo un presupuesto para que el grano durara.
El libro de Proverbios dice mucho sobre temas económicos, incluyendo la sabiduría de ahorrar y la necedad de despilfarrar. "Los sabios tienen riquezas y lujos, pero los necios gastan todo lo que consiguen" (Proverbios 21:20, NTV). Implícito en este proverbio está la recomendación de tener un plan—un presupuesto—para el uso regulado de los recursos. La sabiduría conserva y acumula bienes para el futuro; la necedad gasta sin medida, se da a caprichos o despilfarra poco a poco.
Cuando presupuestamos nuestro tiempo, energía o recursos, asumimos la responsabilidad de aquello que Dios nos ha confiado. Para los cristianos, hacer un presupuesto nos recuerda que la vida no nos pertenece. Todo lo que tenemos es prestado de Dios, y Él espera un retorno por Su inversión (Lucas 12:47–48). Debemos usar nuestros recursos sabiamente, por el bien del reino eterno de Dios (Lucas 16:9), y hacer un presupuesto nos ayuda a ser sabios.
En nuestro mundo acelerado, presupuestar el tiempo también es un concepto bíblico. Efesios 5:15–16 dice: "Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos" (NBLA). Jesús nos mostró la importancia de redimir el tiempo cuando dijo: "Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar" (Juan 9:4, NBLA). Hacer un presupuesto es una forma de ejercer dominio propio, fruto del Espíritu que nos hace más fructíferos en nuestro servicio al Señor (Gálatas 5:22).
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¿Qué dice la Biblia sobre el presupuesto?
