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Pregunta

¿Perdió Juan el Bautista su fe en Jesús como Mesías (Mateo 11:3; Lucas 7:19)?

Respuesta


En Juan 1:29, Juan el Bautista declaró de Jesús: "Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". En varias ocasiones, Juan comunicó su propia indignidad en comparación con Jesús (Mateo 3:14; Juan 1:27). Y dijo célebremente del Señor: "Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya" (Juan 3:30). Juan el Bautista reconoció que Jesús era el Mesías y tuvo fe en Él.

Sin embargo, más tarde, según consta en Mateo 11:3 y Lucas 7:19, Juan el Bautista envió mensajeros a Jesús para preguntarle: "¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?". ¿Qué ocurre aquí? ¿Estaba flaqueando la fe de Juan el Bautista? ¿Dudaba de que Jesús fuera realmente el Mesías? ¿O hay otra motivación para la pregunta?

Existen dos teorías principales sobre la pregunta de Juan:

Teoría número 1: Juan el Bautista preguntó: "¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?" porque su situación actual le hacía dudar. Juan el Bautista estaba en la cárcel cuando hizo esta pregunta a través de unos mensajeros. Herodes, un malvado gobernante, le había metido en la cárcel (Mateo 11:2; Lucas 3:20). Juan llevaba quizá más de un año encarcelado cuando formuló su pregunta. Probablemente, sabía que acabarían ejecutándole (y así fue, poco después de enviar el mensaje a Jesús; ver Mateo 14:1-12). Además, Jesús no estaba siendo recibido como el Mesías por la mayoría de los israelitas. De hecho, Jesús estaba encontrando una fuerte resistencia por parte de los líderes de Israel: los fariseos, los saduceos y el Sanedrín.

El Mesías debía inaugurar el reino de Dios, y todavía no había aparecido ningún reino. Juan había dicho a la multitud que el Mesías vendría pronto y que "El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego" (Mateo 3:10, NBLA). Juan describió el juicio que traería el Mesías: "El bieldo está en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga" (Mateo 3:12). Pero ahora, en el capítulo 11, Juan está en la cárcel. No había hacha, ni trillo, ni fuego. Quizá no había Mesías. Dadas estas circunstancias, es comprensible que la fe de Juan el Bautista flaqueara. ¿Por qué el Libertador de Israel no liberaría a Su propio mensajero?

Teoría número 2: La pregunta de Juan el Bautista: "¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?", fue formulada por el bien de sus discípulos, para señalarles a Jesús. Es decir, eran los discípulos de Juan los que dudaban, y Juan los envió al Señor para que oyeran y vieran por sí mismos Su respuesta. La fe de Juan seguía siendo fuerte, pero, sabiendo que su tiempo en la tierra era corto, Juan envió a sus seguidores al que debían seguir a partir de entonces. Les envió a hacer una pregunta -un método de enseñanza habitual- y la respuesta que recibieron les reafirmó en la fe. Desde que Juan señaló a Jesús y dijo: "Ahí está el Cordero de Dios" (Juan 1:29), había estado conduciendo a la gente hacia Cristo. Continuó esa misión incluso desde la cárcel.

La respuesta de Jesús implicó un tiempo de mostrar y contar. "Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven: los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio" (Mateo 11:4-5). Todas las obras que los discípulos de Juan presenciaron aquel día indicaban que Jesús era el Elegido. Isaías 61:1 se estaba cumpliendo ante sus propios ojos: "El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros".

A continuación, Jesús dice a los discípulos de Juan el Bautista: "Y bienaventurado es el que no se escandaliza de Mí" (Mateo 11:6). ¿Esto iba dirigido a Juan? ¿O se refería a los seguidores de Juan, a quienes se dirigía Jesús? Se puede argumentar lo uno o lo otro.

Los discípulos de Juan regresan a la prisión para informar de las palabras y acciones de Jesús. Allí, o bien Juan se sintió fortalecido y animado en su fe (teoría 1), o bien aprovechó el momento de enseñanza para recalcar a sus discípulos que Jesús es el Mesías (teoría 2).

Después de hablar con los discípulos de Juan, Jesús se vuelve hacia el resto de la multitud y procede a alabar a Juan el Bautista: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. Pero, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta. Este es de quien está escrito: He aquí, yo envío Mi mensajero delante de Ti, quien preparará Tu camino delante de Ti. En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él" (Mateo 11:7-11, NBLA; Lucas 7,21-27).

Jesús no reprende a Juan el Bautista por hacer la pregunta. Si Juan tenía dudas, la respuesta de Jesús muestra la forma cariñosa y tierna con que trata la fe vacilante (ver Mateo 12:20). Si Juan simplemente estaba enseñando a sus discípulos, Jesús les proporcionó una prueba irrefutable de que la fe en Él no está fuera de lugar.

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