Pregunta
¿Qué dice la Biblia acerca de la falta de respeto?
Respuesta
En la Biblia, la falta de respeto siempre es algo malo, mientras que el respeto es universalmente algo bueno. El respeto es la admiración hacia una persona por su posición, habilidades, cualidades o logros. Se asocia con estima, consideración, alta opinión, admiración, reverencia, deferencia y honra. En la Biblia, el respeto se entiende de manera más específica como el acto de reconocer el valor de otra persona, especialmente por su posición, honra o edad. La falta de respeto es lo opuesto: no reconocer el valor de alguien, retener la honra que debería darse o incluso degradar activamente a una persona.
El respeto se debe dar a quienes lo merecen (Romanos 13:7). La Biblia menciona cuatro categorías de personas a quienes se debe respeto: los ancianos, las figuras de autoridad, Jesucristo y la humanidad en general. Primero, los ancianos merecen respeto por su edad y experiencia. La Ley incluye un mandato de honrar el rostro del anciano (Levítico 19:32), y las naciones o pueblos que no respetan a sus mayores son llamados "de rostro fiero" (Deuteronomio 28:50, NBLA). Pablo exhorta a Timoteo a no reprender a los hombres mayores de la misma forma que lo haría con los jóvenes, sino a ser gentil, animarlos y tratarlos con respeto, como a un padre (1 Timoteo 5:1). Dado que la experiencia que acompaña a la vejez es un elemento clave de la sabiduría, respetar a los ancianos es también respetar la sabiduría que pueden dar.
Las figuras de autoridad son otro grupo que, según la Biblia, deben recibir respeto, incluyendo a los líderes políticos (1 Pedro 2:17), consejeros (Marcos 15:43), supervisores de la iglesia (1 Timoteo 3:2), líderes espirituales (1 Tesalonicenses 5:12), buenos padres que disciplinan a sus hijos (Hebreos 12:9), los padres en general (Éxodo 20:12; Mateo 15:4), los esposos (Efesios 5:33), y los amos de siervos o esclavos. Curiosamente, se les dice a los esclavos que respeten a sus amos no solo cuando son buenos y amables, sino también cuando son duros e injustos (1 Pedro 2:18).
Jesucristo merece el honor y respeto de la humanidad, pero fue objeto de gran falta de respeto cuando vino a salvarnos. Esto fue especialmente cierto en Su propia región natal, Galilea (Juan 4:44). En una parábola, Jesús habló de un dueño de viñedo (Dios) que envió a su hijo amado (Jesús) a unos arrendatarios para revisar el estado de la viña. El dueño pensó que respetarían a su hijo, pero no fue así. En cambio, le mostraron la máxima falta de respeto, echándolo fuera de la viña de su propia familia y dándole muerte (Mateo 21:33–40). La advertencia al final de esta parábola es seria: ¿qué creen que hará el dueño de la viña con esos siervos cuando regrese para exigir cuentas por su violencia y falta de respeto?
Finalmente, el respeto es algo que se debe a toda la humanidad, de una persona a otra, simplemente por nuestra condición humana. Cada uno de nosotros lleva la imagen de Dios (Génesis 1:27). Otra parábola habla de un juez inicuo que no temía a Dios ni respetaba al hombre (Lucas 18:2). La falta de respeto de este juez hacia las personas es parte de su maldad en la historia. Los cristianos no solo deben honrar a sus hermanos en la fe (Romanos 12:10), sino también respetar a los que no creen. Al dar testimonio de la verdad y de la esperanza que tenemos en Cristo, debemos hacerlo con mansedumbre y sin mostrar falta de respeto (1 Pedro 3:15).
1 Pedro 2:17 resume de manera clara la virtud del respeto: "Respeten a todos y amen a la familia de creyentes. Teman a Dios y respeten al rey" (NTV).
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¿Qué dice la Biblia acerca de la falta de respeto?
