Pregunta
¿Qué significa yugo en la Biblia?
Respuesta
Un yugo es un travesaño de madera que se coloca sobre el cuello de dos animales y se fija a un arado o a un carro. El yugo permite que dos animales compartan la carga y tiren juntos. En tiempos bíblicos, los yugos se usaban principalmente con bueyes para arar campos y tirar de carros. Los animales unidos por un yugo debían tener un tamaño y peso similares para que el arado o el carro avanzaran de manera uniforme.
En la Biblia, el yugo se menciona a veces de forma metafórica para describir el peso de una tarea u obligación. Por ejemplo, el rey Roboam trató de imponer autoridad sobre sus súbditos amenazándolos con "un yugo más pesado" (1 Reyes 12:11). Romper un yugo solía simbolizar la liberación de los opresores (Isaías 10:27) o el inicio de una nueva etapa, como cuando Eliseo dejó su vida de labranza para seguir a Elías (1 Reyes 19:19–21).
La gente en tiempos de Jesús comprendía con facilidad las analogías relacionadas con un yugo. Sabían a qué se refería Jesús cuando dijo: "Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera" (Mateo 11:28–30). Un yugo "fácil" implicaba que la carga no era pesada porque Jesucristo estaría tirando junto a nosotros.
En otro pasaje, la imagen del yugo se usa para disuadir a los cristianos de unirse en relaciones estrechas con no creyentes: "No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo" (2 Corintios 6:14–16). Estar "unidos en yugo" es entrar en una relación vinculante. La advertencia es que un cristiano no debe formar acuerdos personales o profesionales comprometidos con un no creyente. Dos animales unidos bajo un yugo desigual terminarían resistiéndose mutuamente y luchando contra el yugo. Cuando los israelitas seguían ídolos, se decía que se habían unido a Baal (Salmo 106:28; Números 25:5). Los creyentes del Nuevo Testamento deben mantenerse separados del mundo.
El cristiano ve la vida desde una perspectiva distinta a la del incrédulo. Cuando aceptamos por fe la oferta de salvación de Dios (Romanos 10:9–10), nos convertimos en ciudadanos de otro reino. Un cristiano que busca agradar a Dios y un no cristiano que vive para el mundo tirarán en direcciones opuestas. Filipenses 3:18–20 destaca esta diferencia: "Muchos andan… como enemigos de la cruz de Cristo, cuyo fin es la perdición… piensan solo en las cosas terrenales. Porque nuestra ciudadanía está en los cielos".
Los cristianos vivimos para honrar y glorificar a nuestro Rey, Jesús (1 Corintios 10:31). Los que son del mundo viven para complacerse a sí mismos y ajustarse a los valores de este mundo. Cuando los cristianos se unen a incrédulos en acuerdos contractuales o de pacto, están cargando un mismo yugo con personas que tienen metas distintas. Pueden creer que avanzan hacia la justicia y la gloria de Dios, pero sus compañeros de yugo tendrán otras prioridades. Terminarán tirando en direcciones opuestas. Por eso debemos tener cuidado con qué yugo aceptamos y con quién nos unimos.
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