Pregunta
¿Qué significa que nuestras vidas sean un testimonio de Jesús?
Respuesta
El "testimonio de Jesús" en este caso sería un estilo de vida y palabras que reconocen abiertamente nuestra experiencia personal de seguir a Jesucristo. Un testimonio debe ser público porque su propósito es contar a otros lo que ha ocurrido. En la experiencia cristiana, nuestra regeneración debe ser un testamento (evidencia) para otras personas de que Jesús está vivo y está cambiando vidas. Testificamos por nuestras palabras y acciones. Si nuestras vidas son un testimonio de Jesucristo, entonces deben ser reflejos de Cristo mientras "[seguimos] Sus pasos" (1 Pedro 2:21, NBLA).
En Hechos 4:33, los apóstoles dan su testimonio con palabras: "Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús". Los apóstoles, al dar testimonio de la resurrección, contaban a los demás lo que habían visto con sus propios ojos, escuchado con sus propios oídos y tocado con sus propias manos: dieron un relato personal, como testigos oculares, de la resurrección de Cristo. Del mismo modo, a los creyentes de hoy se les ordena contar a otros lo que han presenciado de primera mano. No hemos tenido una experiencia cara a cara con Jesús como la que tuvieron los apóstoles, pero nuestra experiencia de conversión no es menos genuina ni una prueba menor de la obra sobrenatural de Dios en nuestras vidas. Debemos compartir con valentía y humildad el cambio que ha tenido lugar en nuestros corazones.
Apocalipsis 12:11 dice que los creyentes "vencieron [a Satanás] por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte" (NBLA). Nota la "palabra" de su testimonio, significando que estos triunfantes hablaron verbalmente, sin vergüenza o miedo. Algunos creen que los cristianos no deben verbalizar su testimonio, sino que simplemente deben vivirlo en su vida diaria. Pero no es una cuestión de lo uno o de lo otro. Vivir el mensaje del Evangelio es importante, pero no es más importante que nuestro testimonio verbal, ya que Dios ha elegido el "oír" la Palabra como medio para producir la fe (Romanos 10:17; ver también Juan 4:39).
Una vida dedicada a Cristo es un testimonio poderoso. Pablo describe una vida así en 2 Corintios 1:12, "Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros". Cuando nuestras acciones de vida piadosa concuerdan con las palabras que salen de nuestros labios, nuestro testimonio será visto como verdadero.
En las Bienaventuranzas, Jesús proporcionó una lista de aquellos que son bendecidos: "los pobres en espíritu . . los que lloran [por sus pecados] . . los humildes . . . los que tienen hambre y sed de justicia . . . los misericordiosos . . . los limpios de corazón . . . los que procuran la paz" (Mateo 5:3-9, NBLA). Jesús resumió una vida piadosa con dos mandamientos: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39). Un cristiano que quiere vivir su vida como testimonio de Jesús amará a Dios por encima de todo y amará a los demás por encima de sí mismo. Cuando un creyente comparte lo que Jesús ha hecho en su vida y sirve a Dios y a los demás de forma visible, reflejará cada vez más el poder vivificador de Cristo en un mundo oscuro y sombrío.
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¿Qué significa que nuestras vidas sean un testimonio de Jesús?