Pregunta
¿Cómo se conjugan la soberanía de Dios y el libre albedrío?
Respuesta
Es imposible para nosotros comprender plenamente la dinámica de un Dios santo que moldea y da forma a la voluntad del hombre. Las Escrituras dejan claro que Dios conoce el futuro (Mateo 6:8; Salmo 139:1-4) y tiene un control soberano total sobre todas las cosas (Colosenses 1:16-17; Daniel 4:35). La Biblia también enseña que debemos elegir a Dios o estar eternamente separados de Él. Somos responsables de nuestros actos (Romanos 3:19; 6:23; 9:19-21). Es imposible para una mente finita entender cómo estos hechos pueden funcionar juntos (Romanos 11:33-36).
En cuanto a este tema, las personas tienden a caer en uno de dos extremos. Algunos enfatizan tanto la soberanía de Dios que ven al ser humano como un simple robot que hace únicamente lo que Dios ha determinado. Otros, en cambio, destacan tanto el libre albedrío que llegan a negar el control absoluto o el conocimiento perfecto de Dios. Ninguna de estas posturas es bíblica. La verdad es que Dios no fuerza nuestra voluntad cuando nos elige y redime; más bien, transforma nuestro corazón para que libremente deseemos escogerlo a Él. "Le amamos porque Él nos amó primero" (1 Juan 4:19), y "Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo los escogí a ustedes" (Juan 15:16).
¿Qué debemos hacer, entonces? En primer lugar, debemos confiar en el Señor, sabiendo que Él tiene el control (Proverbios 3:5-6). La soberanía de Dios debe ser un consuelo para nosotros, no una fuente de ansiedad o controversia. En segundo lugar, debemos vivir tomando decisiones sabias y obedeciendo Su Palabra (2 Timoteo 3:16-17; Santiago 1:5). No habrá excusas ante Dios por nuestras decisiones, pues somos responsables de nuestros actos y de nuestro pecado. Finalmente, debemos adorar al Señor, alabándolo por ser tan maravilloso, infinito, poderoso, lleno de gracia, misericordia y soberanía.
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¿Cómo se conjugan la soberanía de Dios y el libre albedrío?
