settings icon
share icon
Pregunta

¿Cómo puedo estar preparado para morir?

Respuesta


La muerte y el proceso de morir son temas incómodos para la mayoría de las personas, especialmente cuando se trata de la propia muerte. Muchos de nosotros vivimos nuestra vida sin pensar nunca en nuestra mortalidad hasta que una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido o alguna otra ocasión impactante nos enfrenta a la realidad ineludible de que algún día moriremos. Eclesiastés 7:2 nos dice que "Porque aquello [la muerte] es el fin de todo hombre, y al que vive lo hará reflexionar en su corazón". ¿Cómo puedo tomar en serio el hecho de mi propia muerte? ¿Cómo puedo prepararme para morir?

Las Escrituras llaman a la muerte "enemiga" (1 Corintios 15:26). Debido a la irrevocabilidad de la muerte y a que hay mucho que se desconoce sobre ella, no es raro que nos sintamos ansiosos ante la muerte y tengamos cierto temor a morir. Pero la Biblia enseña que Jesucristo ha destruido al enemigo de la muerte de una vez por todas: "y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien puso fin a la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio" (2 Timoteo 1:10). Aquellos que han confiado en Jesucristo para su salvación no necesitan temer a la muerte, sino que pueden tener plena seguridad y confianza al enfrentar la tumba.

La Biblia deja claro que después de la muerte viene el juicio (Hebreos 9:27), pero la mayoría de las personas no están preparadas para "encontrarse con su Creador". La primera y más importante forma de prepararse para la muerte es asegurarse de que están en una relación correcta con Dios. Tener una relación correcta con Dios comienza por reconocer nuestros pecados ante Él y buscar su perdón. Significa poner nuestra fe en Jesucristo como Señor y Salvador: "Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9, NTV). La salvación es un regalo de Dios para nosotros (Efesios 2:8); solo tenemos que recibirla por fe.

Una relación correcta con Dios a través de Jesucristo nos libera de la pena del pecado (1 Tesalonicenses 1:10; Romanos 8:1-2; Hebreos 9:15) y de la muerte misma (1 Corintios 15:22-23; Romanos 5:12-17; 7:24). También nos libera del miedo a morir: "Debido a que los hijos de Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente, de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte" (Hebreos 2:14-15, NTV).

El aguijón de la muerte se elimina para los cristianos porque sabemos adónde vamos cuando morimos. Nuestros cuerpos perecederos se transformarán en inmortales que vivirán para siempre con Cristo en el reino eterno de Dios (1 Corintios 15:42-58). En realidad, no estamos preparados para vivir hasta que estamos preparados para morir.

Después de haber puesto nuestra fe en Jesucristo para la salvación, podemos prepararnos aún más para la muerte, manteniendo una relación correcta con las personas de nuestra vida. Debemos considerar nuestras relaciones con los miembros de la familia, los amigos, los vecinos y los compañeros de trabajo. ¿Hay alguna relación que necesite ser reconciliada? ¿Hay alguien a quien debamos perdonar o alguien a quien debamos pedir perdón? ¿Hay palabras que debamos decir?

En cuanto a las formas prácticas de prepararse, debemos considerar de manera realista el impacto financiero que nuestra muerte tendrá en nuestra familia y hacer todo lo posible por planificar con anticipación. ¿Necesitamos redactar un testamento u otros documentos legales, contratar un seguro de vida o reservar fondos para los gastos del funeral y el entierro? Otra disposición sensata es dejar instrucciones escritas para nuestro servicio conmemorativo.

Las Escrituras nos enseñan a vivir conscientes de nuestra muerte y a cultivar una perspectiva eterna. Debemos invertir nuestro tiempo, talentos y recursos en cosas que tengan un valor eterno. Jesús describió esta mentalidad eterna como morir diariamente por Él: "Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás" (Lucas 9:23-24, NTV). Los creyentes viven con la esperanza del cielo y la disposición de dar la vida por Jesús.

La muerte para el creyente es el comienzo de una nueva fase eterna de la vida. Cuando nuestros días en la tierra lleguen a su fin, pasaremos al comienzo de una vida celestial. El cielo es nuestro verdadero hogar, donde Dios nos espera para recibirnos en Sus brazos. En Su reino eterno, todo el dolor, el sufrimiento y la muerte cesarán (Apocalipsis 21:4). Disfrutaremos de una comunión íntima con Dios y con nuestros seres queridos. Por muy espectacular que imaginemos que será el cielo, la Biblia promete que será aún mejor: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman" (1 Corintios 2:9).

English



Retornar a la página inicial de Español

¿Cómo puedo estar preparado para morir?
Suscríbete a la

Pregunta de la Semana

Comparte esta página: Facebook icon Twitter icon Pinterest icon YouTube icon Email icon
© Copyright Got Questions Ministries