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Pregunta

¿Quién es el más grande en el reino?

Respuesta


La persona más grande del reino será, por supuesto, Jesús. Después, la clasificación del más grande está llena de sorpresas. Mateo 18:1-5 (NBLA) dice: "En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?. Él, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como este en Mi nombre, me recibe a Mí" (ver también Marcos 9,35-37; Lucas 9,46-48).

Este incidente ocurrió después de la Transfiguración y después de la segunda predicción de Jesús sobre Su muerte. Jesús también acababa de hablar del pago de los impuestos del templo, afirmando esencialmente estar exento como Hijo de Dios, pero pagando milagrosamente tanto el impuesto de Pedro como el suyo propio para no causar ofensa. Además, Jesús había sanado a un muchacho poseído por el demonio al que Sus discípulos no habían podido sanar (Mateo, 17:14-21). El poder de Jesús era evidente, y los discípulos le reconocieron como Mesías y Rey. Evidentemente, se interesaron por cuáles serían sus funciones en el reino de Jesús. En lugar de proporcionar calificaciones para los más grandes o hablar de una estructura jerárquica, Jesús dijo que los que se hicieran como niños -humildes- serían los más grandes (Mateo 18:4).

Curiosamente, después de que Jesús habla de que el más grande es como un niño, Juan le dice a Jesús que había intentado impedir que otros expulsaran demonios en nombre de Jesús (Marcos 9:38; Lucas 9:49). Al parecer, la lección no había calado del todo, o quizá Juan sintió convicción por las palabras de Jesús y decidió confesar su error. Jesús explicó que lo importante no era quién hacía las obras, sino el Nombre en el que se hacían. Es Dios quien merece la gloria, no un grupo de élite de Sus seguidores. También vemos en Mateo 20 y Marcos 10 una petición de Juan y Santiago para sentarse con Jesús en Su reino. Jesús les respondió preguntándoles si eran capaces de sufrir como Él iba a sufrir. Luego dijo: "Mi copa ciertamente beberán, pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por Mi Padre" (Mateo 20:23). Ser grande en el reino de Dios no consiste en tener prestigio o privilegios. Más bien implica responsabilidad y sacrificio. Jesús dijo a Sus discípulos: "Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará. Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta" (Mateo 16:24-27). Ser grande es servir abnegadamente. Ser grande en el reino de Dios consiste en entregarse por la gloria de Dios y en beneficio de los demás.

Lucas 22 relata otra discusión entre los discípulos sobre quién era el más grande, esta vez durante la Última Cena. Jesús les dijo: "Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. Pero no es así con ustedes; antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes Yo soy como el que sirve" (Lucas 22:25-27). Esta es la misma noche en que Jesús realizó el servicio del más bajo de los siervos lavando los pies a Sus discípulos. Juan 13 nos dice que Jesús hizo esto debido a Su amor por los discípulos y también conociendo plenamente Su propia relación con el Padre. Una vez más, vemos que el más grande no es el que tiene poder o prestigio, sino el que está seguro en el amor del Padre y dispuesto a servir.

En la enseñanza de Jesús es constante que Su reino no es como los reinos de este mundo. Los seres humanos tendemos a preocuparnos por el estatus social, la influencia política y el orden jerárquico. Tendemos a clasificar a las personas según cómo nos parezcan las cosas en este mundo, pero Jesús advirtió que utilizar criterios terrenales nunca nos dará una imagen exacta del rango en el reino de Dios. El juicio humano dará paso algún día al de Dios: "Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros" (Mateo 19:30).

En lugar de esforzarnos por ser los más grandes de este mundo, deberíamos simplemente confiar en Jesús y servir a los demás, sirviéndole así a Él. Los puestos de poder deben ser puestos de servicio. En lugar de enseñorearnos del poder sobre los demás, debemos utilizar cualquier influencia o recurso que tengamos para servir a los demás. Los más grandes del reino son los que tienen la humildad de un niño y la mansedumbre de Jesús. "Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5). Lo que se valora en el reino de Dios es amar como Él nos amó: desinteresadamente.

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