Pregunta
¿Qué significa orar: "Amén. Ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22:20)?
Respuesta
La petición "ven, Señor Jesús" proviene de Apocalipsis 22:20. Juan escribe: "El que testifica de estas cosas dice: "Sí, vengo pronto". Amén. Ven, Señor Jesús" (NBLA).
Este pasaje contiene las últimas palabras de Jesús para nosotros, palabras que Él quiere que recordemos y atesoremos en nuestro corazón. Su mensaje es que nuestro Salvador, nuestro Rey y Señor, ¡regresará! El Nuevo Testamento menciona con frecuencia el regreso de Jesús, y para los creyentes, siempre es motivo de anhelo y esperanza (por ejemplo, Filipenses 3:20–21; Hechos 1:1; Juan 5:28–29; 1 Tesalonicenses 4:16–17; Apocalipsis 1:7). La gloriosa manifestación de Cristo es nuestra "esperanza bienaventurada" (Tito 2:13). Orar "Amén. Ven, Señor Jesús" es la respuesta entusiasta del apóstol Juan a la promesa de Jesús de que vendrá pronto, es decir, sin demora. Esta promesa se repite tres veces en Apocalipsis 22 (versículos 7, 12 y 20).
La palabra amén significa "verdaderamente" o "así sea". Juan usa esta palabra en Apocalipsis 22:20 como afirmación de la promesa dada por Jesús. Expresa su deseo sincero y total de que Jesús venga pronto. Juan está diciendo que anhela el regreso de Jesús.
Los capítulos 21 y 22 de Apocalipsis presentan una imagen del momento en que todos los que creen en Cristo habrán dejado atrás el pecado, el sufrimiento y el dolor (Apocalipsis 21:4). Experimentarán plenamente la relación que siempre debieron tener con Dios y con sus hermanos y hermanas en Cristo. Vivirán en el lugar destinado para ellos: el nuevo cielo y la nueva tierra (Apocalipsis 21:1). Orar "Amén. Ven, Señor Jesús" es una respuesta adecuada a la promesa de ese glorioso futuro.
Los cristianos oran "Amén. Ven, Señor Jesús" con anticipación y anhelo por el momento en que estaremos con Dios (Apocalipsis 21:3). Dios desea habitar con Su pueblo, tanto así que el Hijo vino a la tierra, vivió entre nosotros, murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó al tercer día, en cumplimiento de las Escrituras. Jesús, quien sufrió por nosotros, promete un tiempo sin muerte, llanto, lamento ni dolor (Apocalipsis 21:4). Ese tiempo llegará con Su segunda venida.
En Apocalipsis 22:17 leemos: "El Espíritu y la esposa dicen: "Ven". Y el que oye, diga: "Ven"" (NBLA). Esta es la hermosa respuesta del Espíritu Santo y de la iglesia a la promesa de Jesús (en el versículo 12) de que vendrá. Así como el Espíritu y la iglesia anhelan la venida de Jesús, también extienden una invitación a quienes tienen sed para que "tomen gratuitamente del agua de la vida" (versículo 17; cf. Juan 4:10). Oramos "Amén. Ven, Señor Jesús" como una respuesta entusiasta al Esposo y al Dador del agua viva.
Para Dios, "un día es como mil años, y mil años como un día" (2 Pedro 3:8, NBLA). Dios es paciente, y Su venida puede parecer demorada porque desea dar tiempo a las personas para que se arrepientan y crean (2 Pedro 3:9; Hebreos 9:27–28). La oración anticipada "ven, Señor Jesús" debería ser el clamor de nuestro corazón, incluso mientras compartimos las buenas noticias de la obra salvadora de Jesús en la cruz.
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¿Qué significa orar: "Amén. Ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22:20)?
