Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre el vandalismo?
Respuesta
El vandalismo es el delito de dañar o destruir intencionalmente la propiedad de otra persona. El vandalismo puede incluir el robo, pero su intención no es este. El propósito del vandalismo es destruir y, en la destrucción, avergonzar, vengarse o hacer una declaración maliciosa. Sin embargo, el vandalismo es un robo, incluso si la propiedad no se retira del lugar, porque cuando un vándalo destruye la casa o el negocio de alguien, el valor de esa propiedad se reduce. El vandalismo es el robo del patrimonio. En la Ley Mosaica, Dios ordenaba que un ladrón devolviera con interés lo que se había llevado (Exodo 22:1). El vandalismo podría considerarse merecedor de la misma pena.
Satanás es el más grande destructor de lo que le pertenece a Dios. Toda la tierra le pertenece a Dios, y todos somos parte de Su creación. En Génesis 3, Satanás "vandalizó" lo que Dios creó como bueno (Génesis 1:31) al introducir el pecado en el mundo. Satanás desde entonces ha continuado su ola de destrucción. Intenta desfigurar todo lo que Dios ha hecho: su vandalismo distorsiona el regalo del sexo en fornicación, el regalo del habla en maldición y falsedad, y el regalo de la justicia en soborno y opresión. Jesús dijo de él: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Aquellos que roban, matan y destruyen están siguiendo los pasos de nuestro enemigo, Satanás.
Los que destruyen sin sentido la propiedad de otra persona son inmaduros y les falta sabiduría (Proverbios 11:12). Dado que el vandalismo es una forma de robo, siempre está mal (Exodo 20:15; Levítico 19:11; Marcos 10:19). Varias veces, en toda la Biblia, el templo de Dios sufrió el vandalismo por parte de invasores que robaron algunas cosas y profanaron otras (2 Reyes 25:9; Salmo 74:3; Isaías 63:18). Sin embargo, Dios estableció un modelo de restauración en cada caso, recordándonos que Él puede renovar lo que los vándalos han destruido (Amós 9:11; Isaías 58:12). La promesa final de Dios es restaurar toda la tierra y eliminar el vandalismo de Satanás (Isaías 65:17; Apocalipsis 21:1).
En tiempos del Nuevo Testamento, los corazones de los cristianos son el templo de Dios (1 Corintios 3:16; 6:19). Lo que Satanás destruyó con pecado y tristeza, Dios lo restaura en Cristo. Somos hechos nuevas criaturas cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo (2 Corintios 5:17; Salmo 23:3). Aunque el vandalismo siempre es perverso, la restauración es mucho más gloriosa en comparación, porque solo un Dios grande puede traer vida de la muerte, fuerza de las ruinas y belleza de las cenizas (Isaías 61:3; 2 Corintios 12:10).
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¿Qué dice la Biblia sobre el vandalismo?
