Pregunta
¿Qué significa que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6)?
Respuesta
En Hebreos 11, aprendemos sobre la fe de los héroes del Antiguo Testamento de la Biblia. Hay un detalle crucial que destaca en sus vidas: pusieron toda su confianza en Dios, entregándose en sus manos. Las acciones y los logros de estos hombres y mujeres demostraron que la fe agrada a Dios, y Él recompensa a quienes le buscan: "Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan" (Hebreos 11:6).
El autor del libro de Hebreos señala dos convicciones fundamentales de los creyentes. En primer lugar, "el que se acerca a Dios crea que Él existe". Quienes desean acercarse a Dios deben tener una creencia profundamente arraigada de que Él es real. Esa creencia no es un mero conocimiento intelectual, sino una devoción sincera a Su presencia y participación en cada aspecto de la vida. Sin una convicción genuina de que Dios existe, es imposible tener una relación íntima con Él. En segundo lugar, los seguidores del Señor deben creer "que recompensa a los que lo buscan". Este aspecto de la fe confía en el carácter de Dios como un Padre bueno, amoroso, generoso, misericordioso y clemente (Santiago 1:17; Salmo 84:11; Lamentaciones 3:22-23). Estas dos certezas son la base de la fe salvífica, una fe que agrada a Dios.
Sin fe es imposible agradar a Dios, porque la fe es el camino por el que llegamos a Dios y confiamos en Él para nuestra salvación. En Su infinita bondad, Dios nos proporciona lo que necesitamos para acercarnos a Él: "Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). Dios nos da la fe necesaria para complacerle.
Hebreos 11:1 ofrece una definición, o al menos una buena descripción, de la fe que agrada a Dios: "Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". "Certeza" es la traducción de una palabra griega que significa "fundamento". La fe es el fundamento que sustenta nuestra esperanza. No es un agarrarse a ciegas en la oscuridad, sino una convicción absoluta que proviene de experimentar el amor de Dios y la fidelidad de Su Palabra. El término traducido como "certeza" también se traduce como "evidencia" o "prueba". Con nuestros ojos naturales, no podemos ver las realidades del reino de Dios, pero por la fe recibimos la evidencia o la prueba de que existen.
Hemos establecido que sin fe es imposible acercarse a Dios. También es imposible vivir para Dios —seguirle y servirle diariamente y perseverar hasta el final— sin fe. Toda la vida cristiana se vive por la fe: "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá" (Romanos 1:17; ver también Habacuc 2:4; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38). El apóstol Pablo afirmó: "Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20).
Las Escrituras se refieren explícitamente a la fe de Enoc como agradable a Dios: "Fue por la fe que Enoc ascendió al cielo sin morir; desapareció, porque Dios se lo llevó. Pues antes de ser llevado, lo conocían como una persona que agradaba a Dios" (Hebreos 11:5, NTV; cf. Génesis 5:24). ¿Cómo agradó Enoc a Dios? Viviendo por la fe. Enoc caminó por la fe en Dios. Obedeció la Palabra que se le había revelado hasta ese momento y vivió a la luz de su verdad. Caminar por la fe significa vivir constantemente de acuerdo con la Palabra de Dios (Juan 14:15). Sin fe, es imposible creer en la Palabra de Dios y obedecerla.
Las Escrituras dicen que es imposible agradar a Dios mediante las obras de la carne: "los que están en la carne no pueden agradar a Dios" (Romanos 8:8, NBLA). No podemos ganarnos la aprobación de Dios mediante buenas obras. Solo basándonos en lo que Jesucristo ha hecho por nosotros, podemos llegar a ser santos y capaces de vivir una vida agradable a Dios (1 Corintios 1:30). La vida de Cristo en nosotros produce la justicia que agrada a Dios (2 Corintios 5:21; Filipenses 2:13; 3:9).
Sin fe es imposible agradar a Dios; de hecho, sin ella ni siquiera podemos acercarnos al Señor y experimentar una relación personal con Él. La fe es la atmósfera en la que se vive la vida del creyente. Se nos llama "creyentes" porque continuamente ponemos nuestra fe, nuestra confianza y nuestra seguridad en Dios. Por la fe comienza la vida cristiana, y por la fe persevera hasta el final.
Los héroes del Antiguo Testamento, como Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Moisés, José, Rahab, Gedeón y David, todos vivieron por la fe. Mientras miraban hacia su esperanza futura, confiaron en que Dios cumpliría Sus promesas (Hebreos 11:13-16). Y obedecieron la Palabra de Dios incluso cuando no la entendían. Este tipo de caminar por la fe, aceptando como verdad las cosas que aún no podemos tocar, sentir o ver, y luego actuando en obediencia, es la receta para vivir una vida que agrada a Dios. Puede que ahora mismo no nos veamos como Dios nos ve: santos y justificados por el sacrificio de Jesucristo. Pero cuando aceptamos la evidencia de la Palabra de Dios (Romanos 10:17) y nos acercamos a Él para experimentar la comunión con Él, entonces comenzamos a vivir por la fe, y eso agrada a Dios.
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¿Qué significa que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6)?
