Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre las personas que son sabias en sus propios ojos (Proverbios 26:12)?
Respuesta
Salomón ofrece bastantes consejos para animar a las personas a no ser sabias en su propio juicio. Una de esas advertencias se encuentra en Proverbios 26:12, que dice: "¿Has visto a un hombre que se tiene por sabio (sabio en sus propios ojos)? Más esperanza hay para el necio que para él". Dada la descripción que hace la Biblia de los necios como rebeldes corruptos propensos a los problemas, la advertencia de no ser sabios en sus propios ojos debe tomarse en serio.
Los que se creen sabios están mostrando la peor clase de necedad. El orgullo de pensar que lo sabes todo te ciega ante la realidad. Creerte sabio te impide buscar el consejo del Señor y la sabiduría de los que realmente tienen respuestas. Los que se creen sabios son incapaces de aprender.
En Proverbios 3:7, Salomón instruye a su hijo a no ser sabio en sus propios ojos, y contrarresta ese tipo de orgullo con la instrucción de "teme al Señor y apártate del mal". Cuando somos sabios en nuestros propios ojos, no tenemos el temor adecuado al Señor, la perspectiva correcta de Él como el Creador Soberano. Cuando no lo reconocemos, caemos en el camino del mal. Salomón quiere que su hijo evite ese error.
En otro lugar, Salomón dice: "El camino del necio es recto a sus propios ojos, pero el que escucha consejos es sabio" (Proverbios 12:15, NBLA). Y señala que la tendencia de los ricos es ser sabios en su propia opinión, pero que un pobre que tiene entendimiento puede juzgar con rectitud (Proverbios 28:11).
Salomón no es el único autor bíblico que critica a las personas que son sabias a sus propios ojos. Isaías pronuncia un juicio sobre los que son sabios a sus propios ojos y astutos a su propio parecer (Isaías 5:21). Esta presunción intelectual es una forma de orgullo, y la Biblia tiene mucho que decir sobre el orgullo. Santiago recuerda a sus lectores que Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6). Los que son sabios a sus propios ojos no siguen en absoluto la sabiduría de Dios (ver Santiago 3:15-17). Pablo instruye a los corintios que la verdadera sabiduría viene de Dios. La sabiduría de Dios es locura para el mundo y se encarna en Jesucristo; por lo tanto, no nos gloriamos en nosotros mismos, sino en Dios (1 Corintios 1:30-31).
Un ejemplo claro de personas que se creían sabias son los líderes religiosos de la época de Jesús. Se negaron a escuchar las instrucciones de Jesús, pensando que no necesitaban que les enseñara un rabino rústico de Galilea. Debido a su ceguera voluntaria, se perdieron el reino de Dios. Jesús los confrontó por su orgullo obstinado: "En verdad les digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que ustedes. Porque Juan vino a ustedes en camino de justicia y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron; y ustedes, viendo esto, ni siquiera se arrepintieron después para creerle" (Mateo 21:31-32). Había más esperanza para los "necios" que creyeron (los publicanos y las prostitutas) que para los que se creían sabios (los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo).
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¿Qué dice la Biblia sobre las personas que son sabias en sus propios ojos (Proverbios 26:12)?
