Pregunta
¿Quiénes son la multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas de Apocalipsis 7:9?
Respuesta
Desde el principio, el plan de salvación de Dios siempre ha implicado una estrategia global a gran escala. El Señor le dijo a Abraham que su pueblo sería tan "incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar" (Génesis 22:17, NTV) y que en él "todas las naciones de la tierra serán bendecidas" (versículo 18). En Apocalipsis 7:9, el apóstol Juan ve "una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Clamaban a gran voz: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero". (Apocalipsis 7:9-10, NBLA).
Juan describe una inmensa reunión de personas de pie frente al trono del Cordero en el cielo, vestidas con túnicas blancas y celebrando con alegría con ramas de palmera mientras adoran a Dios en voz alta. ¿Quiénes son estas personas multiétnicas, culturalmente diversas y multilingües de todas las naciones, tribus y lenguas? La respuesta se encuentra en Apocalipsis 7:14: "Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero". Las Escrituras no dejan lugar a dudas: estos son los que han sido salvados por la fe en Jesucristo durante la Gran Tribulación.
Juan 3:16 nos dice que Dios amó tanto al mundo que envió a Su Hijo único, el Cordero de Dios, para salvar a las personas de todo el mundo que creyeran en Él. Jesús dijo a Sus discípulos: "Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos" (Marcos 16:15, NTV). Cristo fue sacrificado como el Cordero de Dios para redimir a personas de "toda tribu, lengua, pueblo y nación" (ver Apocalipsis 5:9, NBLA). Antes de recibir a Cristo como Señor y Salvador, estábamos manchados de rojo por el pecado (Isaías 1:18). Es "la sangre de Jesús" derramada en la cruz la que "nos purifica de todo pecado" (1 Juan 1:7). Somos redimidos por la "sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo" (1 Pedro 1:18-19). Nuestra redención solo es posible por la sangre del Cordero (ver Hebreos 9:11-28).
Apocalipsis 7 ofrece una posible conexión entre la multitud innumerable de todas las naciones, tribus y lenguas (versículos 9-14) y los 144.000 siervos de Dios sellados (versículos 1-8). Los 144.000 son de las tribus de Israel, mientras que la multitud es de todas las tribus y naciones. Juan ve a los 144.000 en la tierra (versículos 1-3) y a la multitud innumerable en el cielo (versículo 9). Parece que la misión de los 144.000 será evangelizar al mundo después del rapto y proclamar el evangelio durante la tribulación. Como resultado de su ministerio, millones —la "gran multitud [...] de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas" (Apocalipsis 7:9)— llegarán a la fe en Cristo.
Esta multitud redimida de todas las naciones, tribus y lenguas son los que adorarán para siempre "delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en Su templo; y Aquel que está sentado en el trono extenderá Su tabernáculo sobre ellos" (Apocalipsis 7:15). Jesús describe a estos adoradores como vencedores: "haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo" (Apocalipsis 3:12). Vivirán bajo la protección y la presencia constantes de Dios (Apocalipsis 21:3).
Esta gran multitud de todas las naciones, tribus y lenguas sufrió hambre, sed, privaciones extremas y persecución durante la Gran Tribulación (Apocalipsis 6:5-6; 13:16-17). Desde sus inicios, la iglesia de Jesucristo ha sufrido opresión y maltrato, pero nada tan terrible como lo que experimentarán los creyentes salvados en la última mitad (3,5 años) del período de la tribulación (Mateo 24:21; Daniel 12:1; Jeremías 30:7). Durante ese tiempo, la bestia o el Anticristo tendrá autoridad para desatar el terror sobre "toda tribu, pueblo, lengua y nación" (ver Apocalipsis 13:1-10; ver también Apocalipsis 16:1-18:24).
Esta multitud de todas las naciones, tribus y lenguas es una gran multitud de creyentes fieles que adoran al Cordero de Dios en su trono celestial. Estos ciudadanos del cielo "comerán del árbol de la vida" (Apocalipsis 2:7) y disfrutarán de "la fuente del agua de la vida" (Apocalipsis 21:6). "Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol les hará daño, ni ningún calor abrasador, pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos" (Apocalipsis 7:16-17, NTV).
English
¿Quiénes son la multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas de Apocalipsis 7:9?
