Pregunta
¿Por qué la mujer de Job le dijo que maldijera a Dios y muriera?
Respuesta
Job enfrentó muchas formas de sufrimiento. Perdió a sus hijos y sus riquezas en un solo día. Luego, fue afectado por dolorosas llagas en todo el cuerpo. Después de esto, su esposa se sumó al dolor diciéndole: "¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete" (Job 2:9).
En resumen, la esposa de Job le estaba diciendo: "¡Ríndete!". La vida de Job se había derrumbado por completo. En lugar de animarlo a perseverar con fe, su esposa le dijo que se acostara y muriera. Peor aún, le dijo que maldijera a Dios antes de morir. Ella veía a Dios como el problema, como aquel que había abandonado a Job en su momento de dificultad.
Es fácil ver que la esposa de Job actuó mal en esta escena, pero su respuesta fue natural, desde un punto de vista puramente humano. Ella también había perdido a sus hijos, junto con su hogar y sus riquezas, y ahora veía a su marido sufrir un dolor insoportable. Si vivir fielmente ante el Señor significaba ser tratada así, razonaba ella, era mejor morir. Además, sus comentarios coinciden con lo que los tres amigos de Job reflejan más tarde en sus discursos a Job. Es la respuesta llena de esperanza de Job a su esposa, la clave para comprender su fe.
En respuesta a la amarga perspectiva de su esposa, Job primero la reprende: "Hablas como habla cualquier mujer necia" (Job 2:10a). Luego pregunta: "¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?" (Job 2:10b). Sus palabras son elogiadas por Dios: "En todo esto Job no pecó con sus labios" (Job 2:10c). La respuesta de Job fue piadosa ante el dolor que estaba sufriendo.
Dios permite tanto el bien como el "mal" (es decir, la calamidad, como en Isaías 45:7), pero es una tentación considerar los acontecimientos negativos como un castigo de Dios en nuestras vidas. Aunque a veces puede ser así, está claro que Dios también permite el sufrimiento por otras razones. En el caso de Job, el sufrimiento no fue en absoluto el resultado del juicio de Dios, y más tarde Job fue bendecido con el doble de lo que tenía antes de su época de tribulación.
En el Nuevo Testamento, Jesús vino como el Mesías sufriente de Dios (Isaías 53) en nuestro lugar para que podamos tener vida eterna. Jesús no tenía pecado, pero soportó un gran sufrimiento. En este sentido, dio ejemplo a Sus seguidores. Hay momentos en que los creyentes soportan diversos tipos de sufrimiento y dolor, aunque no hayan hecho nada malo.
La esposa de Job le sugirió que "maldijera a Dios y muriera". Job, sabiamente, se negó a tomar ese camino. En cambio, nos enseñó que debemos aceptar tanto lo bueno como lo malo del Señor, confiando en que Su plan es el mejor. Santiago 5:10-11 dice que debemos tomar "como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. Miren que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron. Han oído de la paciencia de Job, y han visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso".
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¿Por qué la mujer de Job le dijo que maldijera a Dios y muriera?
