Pregunta
¿Se menciona la epilepsia en la Biblia?
Respuesta
En tres de los cuatro Evangelios (Mateo 17:14–18; Marcos 9:14–29; Lucas 9:38–42) se relata el caso de un niño que sufría ataques epilépticos. Solo en el relato de Mateo se utiliza la palabra "epiléptico" para describir al niño; otras traducciones dicen "lunático" (basándose en el significado original del término griego) o "convulsiones". En los relatos de Marcos y Lucas, el padre del muchacho afirma que su hijo está "poseído por un espíritu" y que "un espíritu se apodera de él". Al comparar los tres relatos, se observa que los síntomas del muchacho incluían gritos repentinos, espuma en la boca, pérdida del habla, caídas, rigidez y autolesiones.
Mateo 17:14–18 dice: "Cuando llegaron a la multitud, se acercó a Jesús un hombre, que arrodillándose delante de Él, dijo: "Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Lo traje a Tus discípulos y ellos no pudieron curarlo". Jesús respondió: "¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá". Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento".
Es importante señalar que la palabra "epilepsia" fue la forma en que el padre describió la condición de su hijo. Mateo, Marcos y Lucas se refieren al problema como un demonio, y Jesús lo expulsó como a otros espíritus malignos. La aparente diferencia entre los relatos probablemente se deba a que el padre utilizó varias expresiones en su desesperación por obtener ayuda. No sabía exactamente qué estaba ocurriendo, solo que su hijo necesitaba ser sanado.
El término "epiléptico" solo aparece dos veces en el Nuevo Testamento: en Mateo 17:15 y Mateo 4:24. La palabra original proviene de un término que se podía aplicar a cualquier convulsión o comportamiento similar a la locura. En la época del Nuevo Testamento, la gente no tenía forma de diferenciar entre trastornos neurológicos y posesión demoníaca. Poco se sabía sobre las causas o tratamientos de la epilepsia, las lesiones cerebrales o la demencia. Por ello, es comprensible que el padre en Mateo 17 describiera el estado de su hijo como epilepsia. Sin embargo, el relato deja claro que, en este caso, se trataba de una posesión demoníaca (Marcos 9:26).
La Biblia, no obstante, menciona la epilepsia como una condición independiente de la posesión demoníaca. Mateo 4:24 dice: "Se extendió Su fama por toda Siria; y traían a Él todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, epilépticos y paralíticos, y Él los sanaba". Aquí, la epilepsia aparece junto con otras dolencias físicas, lo que indica que es una condición médica que puede provocar síntomas similares a la posesión demoníaca. Jesús sanó a los epilépticos y también expulsó demonios. Las dos condiciones no eran sinónimas.
Aunque muchos comportamientos inexplicables que afectan la personalidad pueden estar relacionados con la opresión demoníaca, nunca debemos apresurarnos a sacar conclusiones. Los demonios siguen activos y pueden poseer u oprimir a las personas. La oración y la guerra espiritual pueden ayudarnos a asistir a quienes sufren opresión (2 Corintios 10:4; Efesios 6:12–17). Sin embargo, las anormalidades o lesiones cerebrales también pueden afectar el comportamiento humano y responder al tratamiento médico. Jesús siempre trató a cada persona de forma individual, y rara vez sanó dos veces la misma enfermedad de la misma manera. Esto nos enseña que nosotros también debemos responder a cada situación con sensibilidad y discernimiento, utilizando todos los medios disponibles para ayudar y sanar de cualquier forma posible.
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