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Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre el control de la natalidad? ¿Deben los cristianos utilizar métodos anticonceptivos?

Respuesta


Los métodos anticonceptivos modernos eran desconocidos en los tiempos bíblicos, por lo que la Biblia no dice nada al respecto. Sin embargo, la Biblia tiene mucho que decir sobre los hijos. La Biblia presenta a los hijos como un don de Dios (Génesis 4:1; Génesis 33:5), una herencia del Señor (Salmo 127:3-5), una bendición de Dios (Lucas 1:42) y una corona para los ancianos (Proverbios 17:6). En ocasiones, Dios bendice a las mujeres estériles con hijos (Salmo 113:9; Génesis 21:1-3; 25:21-22; 30:1-2; 1 Samuel 1:6-8; Lucas 1:7, 24-25). Dios forma a los niños en el vientre materno (Salmo 139:13-16). Dios conoce a los niños antes de su nacimiento (Jeremías 1:5; Gálatas 1:15).

Lo más cerca que las Escrituras están de condenar el control de la natalidad es el capítulo 38 del Génesis, el relato de los hijos de Judá, Er y Onán. Er se casó con una mujer llamada Tamar, pero era malvado y el Señor le dio muerte, dejando a Tamar sin marido ni hijos. Tamar fue dada en matrimonio al hermano de Er, Onán, de acuerdo con la ley del levirato en Deuteronomio 25:5-6. Onán no quiso dividir a su hermano en dos partes. Onán no quería dividir su herencia con ningún hijo que pudiera producir en nombre de su hermano, así que practicó la forma más antigua de control de la natalidad, el retiro. Génesis 38:10 dice: "Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Señor. También a él le quitó la vida". La motivación de Onán era egoísta; utilizó a Tamar para su propio placer, pero se negó a cumplir con su deber legal de crear un heredero para su hermano fallecido. Este pasaje se utiliza a menudo como prueba de que Dios no aprueba el control de la natalidad. Sin embargo, no fue el acto de anticoncepción lo que hizo que el Señor condenara a muerte a Onán; fueron los motivos egoístas de Onán detrás de la acción. Por lo tanto, no podemos encontrar ninguna amonestación bíblica contra el uso del control de la natalidad en sí mismo.

La anticoncepcion, por definicion, es meramente lo opuesto a la concepcion. No es el uso de la anticoncepción lo que está mal o bien. Como aprendimos de Onan, es la motivación detrás de la anticoncepción lo que determina si está bien o mal. Las parejas casadas utilizan la anticoncepción por diversas razones. Algunos se sienten llamados a posponer la maternidad hasta que estén en mejores condiciones para cuidar de sus hijos. Otras, como las parejas de misioneros, sienten que su servicio a Dios prevalece sobre el deseo de tener hijos en un momento determinado. Otros pueden estar convencidos de que Dios tiene un plan diferente para ellos. En última instancia, los motivos de una pareja para retrasar la maternidad, utilizar métodos anticonceptivos o incluso tener muchos hijos, son entre ellos y Dios.

La incapacidad de tener hijos cuando se desean siempre se presenta en las Escrituras como algo malo, sobre todo si se tiene en cuenta el estigma cultural asociado a la falta de hijos en aquella época. No hay nadie en la Biblia que expresara su deseo de no tener hijos. Al mismo tiempo, no se puede argumentar desde la Biblia que sea malo usar métodos anticonceptivos durante un tiempo limitado, o incluso de forma permanente. Todas las parejas casadas deben buscar la voluntad del Señor con respecto a cuándo deben intentar tener hijos y cuántos hijos desean tener.

Todo se reduce a esto: nadie tiene el derecho de determinar si otra persona debe o no usar métodos anticonceptivos, cuántos hijos es el número "correcto" para ellos, o si deben tener hijos en absoluto. Como en todas las cosas, no debemos juzgar a los demás ni hacer que los hermanos y hermanas en Cristo tropiecen, espiritualmente hablando.

Nota: los principios descritos en este artículo se aplican por igual, en términos generales, a los diversos métodos anticonceptivos, incluyendo el uso de preservativos, diafragmas, espermicidas, anticonceptivos, dispositivos intrauterinos, DIU o interrupción del coito. Además, quienes usan anticonceptivos orales u hormonales (la píldora) o un DIU deben ser conscientes de que ambos métodos anticonceptivos pueden impedir la implantación de un óvulo fecundado; en otras palabras, los anticonceptivos orales de baja dosis y los DIU pueden ser abortivos.

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