Pregunta
¿Qué significa "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" en Mateo 3:17?
Respuesta
En el bautismo de Jesús, una voz desde el cielo declara: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mateo 3:17). En este versículo, Jesús es confirmado como el Hijo eterno y divino de Dios (cf. Juan 1:1, 14). Esta revelación es importante por varias razones:
El bautismo de Jesús marca el inicio de Su ministerio público. Aunque el bautismo que administraba Juan el Bautista era una señal de arrepentimiento (ver Mateo 3:6, 11), el bautismo de Jesús fue único porque Él es sin pecado y no necesitaba arrepentirse (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:22–24). Su bautismo, por tanto, señaló Su identificación con los pecadores y el comienzo de Su obra redentora.
En el bautismo de Jesús están presentes las tres personas de la Trinidad. Al salir del río Jordán, el Hijo de Dios "vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre Él" (Mateo 3:16, NBLA). En ese momento, el Padre habló desde el cielo y dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (versículo 17).
La declaración del Padre—"mi Hijo amado, en quien tengo complacencia"—hace eco de profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías venidero. En Isaías 42:1, por ejemplo, Dios dice: "Este es Mi Siervo, a quien Yo sostengo, mi escogido, en quien Mi alma se complace. He puesto Mi Espíritu sobre Él; Él traerá justicia a las naciones" (NBLA). Jesús, entonces, es el Mesías tan esperado (Mateo 3:11–12) que siempre agrada al Padre (Juan 8:29).
La frase Hijo amado señala una relación única entre el Hijo y el Padre, diferente de otras relaciones padre-hijo. A diferencia de los creyentes, que son hijos de Dios por adopción (Romanos 8:15), Jesús es Hijo de Dios por naturaleza, compartiendo la misma esencia divina: "Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matar a Jesús, porque no solo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (Juan 5:18, NBLA; cf. Juan 20:17).
La complacencia del Padre en el Hijo resalta la obediencia perfecta de Jesús a la voluntad divina. En Juan 4:34, Jesús dice: "Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo Su obra" (NBLA). Y en Juan 6:38–39, afirma: "Porque he descendido del cielo, no para hacer Mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado Yo no pierda nada" (NBLA).
Gracias a Su obediencia, el Padre "lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9–11, NBLA).
En resumen, Mateo 3:17 es tanto un relato histórico del bautismo de Jesús como una declaración teológica sobre quién es Él: el Hijo eterno, divino y amado de Dios.
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¿Qué significa "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" en Mateo 3:17?
