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Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre el acoso sexual?

Respuesta


Con una avalancha de denuncias en las noticias sobre acoso sexual y con muchas personas conocidas admitiendo que han acosado sexualmente a otras, este tema probablemente nunca ha sido tan discutido. Los creyentes en Jesucristo se esfuerzan por tener una visión bíblica del mundo en todas las cosas, incluyendo el tema del acoso sexual.

En primer lugar, hay que definir los términos. El acoso sexual es una conducta sexual no deseada. En el lugar de trabajo, el acoso sexual generalmente implica insinuaciones no deseadas como condición para el empleo o que crean un ambiente de trabajo hostil. El acoso sexual también puede producirse en situaciones académicas y religiosas.

El acoso sexual se puede presentar en forma de comentarios personales; expresiones, bromas y gestos de contenido sexual; exposición indecente; exhibición de imágenes; coqueteo persistente y desagradable; o advertencias de daño físico. Independientemente de la forma que tenga, el acoso sexual es una violación de los principios bíblicos de modestia, pureza y respeto por los demás. Cualquier contacto sexual que se produzca sin consentimiento, va más allá del acoso sexual y se convierte en una agresión sexual.

Es importante advertir que una conducta sexualmente inapropiada es siempre incorrecta, incluso cuando no se define legalmente como acoso sexual. Por ejemplo, en Estados Unidos, actuar de manera sexual en un entorno social no constituye normalmente un delito. Los gestos y otros comentarios verbales podrían no ser ilegales si no suponen una amenaza real para quien los escucha. Hacer gestos obscenos en una fiesta puede no ser procesable en un tribunal, aunque los cristianos se rigen por una ley superior, y debemos vivir por encima de ese comportamiento indecoroso.

Dios diseñó la sexualidad humana para que se exprese en matrimonios monógamos y heterosexuales. Toda nuestra atención sexual debe estar reservada sólo para nuestro cónyuge. En el mejor de los casos, ni siquiera deberíamos tener pensamientos sexuales acerca de otra persona, incluyendo posibles novias y novios. La instrucción de Pablo a Timoteo aquí es importante: "No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza" (1 Timoteo 5:1-2). El mandato bíblico es que nuestra pureza debe ser "absoluta". El hecho es que el acoso sexual nunca tendría lugar si todos trataran a los demás con este tipo de consideración y respeto.

Primera de Corintios 13 también tiene palabras contundentes sobre cómo debemos tratarnos los unos a los otros: con amabilidad (1 Corintios 13:4), honor y abnegación (versículo 5), y protección (versículo 7). El amor descarta el egoísmo y la grosería y se esfuerza por crear un entorno libre de acoso sexual. La Biblia no da cabida a ningún tipo de acoso sexual. No hay manera de que un creyente lo justifique, ya que no respeta la imagen de Dios en la otra persona y, por lo tanto, no respeta a Dios.

En las últimas décadas, el noviazgo cristiano se ha complicado. Hemos caído en la trampa de ver a cada miembro del sexo opuesto como una pareja y no como un amigo de verdad. Eso pone demasiada presión en las relaciones sociales informales.

Estos son algunos aspectos a considerar antes de intentar acercarse a la persona a la que quieres:

• No hay ninguna razón para que un cristiano se acerque a alguien con un comentario de índole sexual. No lo hagas. Evita hablar a otros de manera sexualmente insinuante. "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca" (Efesios 4:29).

• Si una persona tiene una característica física bastante particular como para querer comentarla, primero hazte un par de preguntas: ¿Es mi atracción sexual? ¿Podría interpretarse que mi comentario tiene connotaciones sexuales? ¿Se sentirá la persona halagada o es inapropiado? ¿Estoy fundamentando estas respuestas en mi propio contexto o en el de la otra persona?

• Todos tenemos la tendencia a juzgar nuestras acciones basándonos en nuestras propias motivaciones en vez de cómo podrían interpretarlas los demás. Nuestro criterio también se ve afectado por nuestra educación. Ten en cuenta que al menos una de cada seis mujeres ha sido víctima de una violación o de un intento de violación. Lo que tú consideras una diversión inofensiva puede ser una amenaza para quien la recibe.

• Obstaculizar que alguien se mueva bloqueando una puerta, acorralando a alguien o agarrándolo del brazo es abuso. Decirle a alguien que su opinión está equivocada cuando ha expresado incomodidad, miedo o el deseo de que la dejen en paz, constituye un abuso. A todas las personas les debemos nuestro respeto y amor desinteresado; nadie debe recibir con buenos ojos el coqueteo, ya sea insultante o no.

La característica que define el acoso sexual es que es un acto no deseado. Muchas personas coquetean de forma acosadora porque no tienen la confianza para ser auténticos. Usan comentarios inapropiados para tantear el terreno y ver cómo responderá la persona que les gusta. Sin embargo, los matrimonios de Dios no se basan en el sexo ni en la coacción; se basan en el respeto, el amor abnegado y el compromiso con Cristo. Para que las relaciones sean buenas, antes del matrimonio, se necesita comunicación, honestidad y el deseo de conocer a la otra persona. Recurrir a comentarios o acciones inapropiadas no ayuda a establecer una conexión profunda. En cambio, el respeto mutuo sí lo hace.

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