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Pregunta

¿Cuál debería ser el enfoque de los cristianos en el Día de Acción de Gracias?

Respuesta


La celebración original del Día de Acción de Gracias fue realizada por los colonos peregrinos en Massachusetts durante su segundo invierno en América en diciembre de 1621. El primer invierno había matado a 44 de los 102 colonos originales. En un punto, su ración diaria de comida se redujo a cinco granos de maíz por persona, pero luego llegó un inesperado barco de comercio, intercambiándoles pieles de castor por grano, cubriendo su severa necesidad. La cosecha del próximo verano trajo esperanza, y el Gobernador William Bradford decretó que el 13 de diciembre de 1621, se reservara como un día de festín y oración para mostrar la gratitud de los colonos por seguir vivos.

Estos peregrinos, buscando libertad religiosa y oportunidad en América, agradecieron a Dios por su provisión al ayudarles a encontrar 20 acres de tierra despejada, por el hecho de que no había nativos americanos hostiles en esa área, por su recién descubierta libertad religiosa y por la provisión de Dios de un intérprete para los nativos americanos en Squanto. Junto con el festín y los juegos que incluían a los colonos y a más de 80 nativos americanos (quienes añadieron al festín trayendo pavos salvajes y venado), oraciones, sermones y canciones de alabanza fueron importantes en la celebración. Se dedicaron tres días al festín y la oración.

Desde ese momento en adelante, el Día de Acción de Gracias ha sido celebrado como un día para agradecer a Dios por su gracia y suficiente provisión. El Presidente Abraham Lincoln oficialmente estableció el último jueves de noviembre, en 1863, "como un día de acción de gracias y alabanza a nuestro benefactor Padre". En 1941, el Congreso dictaminó que a partir de 1941, el cuarto jueves de noviembre se observaría como el Día de Acción de Gracias y sería un día festivo oficial.

Bíblicamente, encontramos cosas relacionadas con la cuestión de dar gracias casi de principio a fin. Los individuos ofrecían sacrificios de gratitud en el libro de Génesis. Los israelitas cantaron una canción de agradecimiento después de ser liberados del ejército de Faraón luego de cruzar el Mar Rojo (Éxodo 15). Más tarde, la Ley de Moisés estableció tres momentos a lo largo del año en que los Israelitas debían reunirse. Estos tres momentos [la Fiesta de los Panes sin Levadura (también llamada la Fiesta de la Pascua) (Éxodo 12:15-20), la Cosecha o Pentecostés (Levítico 23:15-21), y la Fiesta de la Cosecha o de los Tabernáculos (Levítico 23:33-36)] implicaban recordar la provisión y la gracia de Dios. La Cosecha y los Tabernáculos tuvieron lugar específicamente en relación con la provisión de Dios en la cosecha de diferentes árboles frutales y cultivos. El libro de los Salmos está repleto de canciones de agradecimiento, tanto por la gracia de Dios a todo el pueblo de Israel a través de sus poderosas obras, como por sus gracias individuales a cada uno de nosotros.

En el Nuevo Testamento, hay repetidas admoniciones para agradecer a Dios. La acción de gracias siempre debe ser una parte de nuestras oraciones. Algunos de los pasajes más recordados sobre el acto de dar gracias son los siguientes:

"Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:16-18).

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6).

"Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres" (1 Timoteo 2:1).

De todos los dones de Dios, el más grande que ha dado es el de Su Hijo, Jesucristo. En la cruz del Calvario, Jesús pagó nuestra deuda de pecado, para que un Juez santo y justo pudiera perdonar nuestros pecados y darnos la vida eterna como un regalo gratuito. Este regalo está disponible para aquellos que llaman a Cristo para que los salve de su pecado con fe sencilla pero sincera (Juan 3:16; Romanos 3:19-26; Romanos 6:23; Romanos 10:13; Efesios 2:8-10). Por este don de Su Hijo, el don que satisface nuestra necesidad más grande, el apóstol Pablo dice: "¡Gracias a Dios por su don inefable!" (2 Corintios 9:15).

Nosotros, como los peregrinos, tenemos una elección. En la vida siempre habrá cosas de las que nos podemos quejar (los peregrinos habían perdido a muchos seres queridos), pero también habrá mucho por lo que estar agradecidos. A medida que nuestra sociedad se vuelve cada vez más secular, el acto real de "dar gracias a Dios" durante nuestro Día de Acción de Gracias anual está siendo pasado por alto, dejando solo el festín. Que Dios nos otorgue que podamos ser agradecidos todos los días por todos Sus dones, espirituales y materiales. Dios es bueno, y todo buen regalo viene de Él (Santiago 1:17). Para aquellos que conocen a Cristo, Dios también hace que todas las cosas cooperen para bien, incluso los eventos que no necesariamente consideraríamos buenos (Romanos 8:28-30). Que Él nos encuentre como Sus hijos agradecidos.

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