Pregunta

¿Cuál es el significado de que Judas traicionara a Jesús con un beso?

Respuesta
Judas Iscariote fue uno de los doce discípulos originales que siguieron y recibieron la enseñanza de Jesús. Al formar parte del "círculo íntimo" de Jesús, Judas tuvo una relación más cercana con el Maestro que la mayoría de las personas durante Su ministerio. Sin embargo, fue quien lo traicionó ante las autoridades judías. La señal previamente acordada fue que arrestaran al hombre que Judas besara (Marcos 14:44). Así fue como el Hijo del Hombre fue entregado con un beso (Lucas 22:48).

En la cultura de Israel del primer siglo, un beso no siempre era una expresión romántica de amor; más bien, un beso en la mejilla era un saludo común, una muestra de profundo respeto, honor y afecto fraternal (ver Lucas 7:45; Romanos 16:16; 1 Corintios 16:20; 2 Corintios 13:12; 1 Tesalonicenses 5:26; 1 Pedro 5:14). Para un discípulo que respetaba profundamente a su maestro, un beso era una manera natural y respetuosa de mostrar estima.

Lo que más llama la atención en la forma en que Judas traicionó a Jesús es que usó una expresión tan íntima de amor y respeto para entregarlo. Sus acciones fueron de una hipocresía extrema: estaba diciendo con sus gestos "te respeto y te honro" justo en el momento en que lo entregaba para ser asesinado. Lo que hizo Judas ilustra el proverbio: "Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo" (Proverbios 27:6, NBLA). Muchas veces, los enemigos se disfrazan de amigos. El mal suele usar una máscara para ocultar su verdadero propósito.

En Lucas 22:3 se nos dice que Satanás entró en Judas antes de que él fuera a ver a los principales sacerdotes para planear la traición. Satanás poseyó a Judas con la intención de destruir el ministerio de Jesús y quitarlo del camino, y usó un beso—un símbolo de afecto—para desatar una oleada de odio. Sin embargo, nada de lo que haga el Maligno está fuera del conocimiento o del control absoluto de Dios. Él permitió que Satanás usara a Judas de una forma tan engañosa e hipócrita para llevar a cabo el plan de redención. Esta traición ya había sido profetizada cientos de años antes (Salmo 41:9).

Cuando Jesús fue traicionado con un beso, se identificó con las dificultades de David, quien escribió: "Porque no es un enemigo el que me reprocha, si así fuera, podría soportarlo; ni es uno que me odia el que se ha alzado contra mí, si así fuera, podría ocultarme de él; sino tú, que eres mi igual, mi compañero, mi íntimo amigo; nosotros que juntos teníamos dulce comunión, que con la multitud andábamos en la casa de Dios" (Salmo 55:12–14, NBLA). El dolor emocional de Job también anticipa la tristeza de Jesús: "Y los que amo se han vuelto contra mí" (Job 19:19, NBLA).

Una vez que Judas dio el beso, el acto estaba consumado. Jesús fue entregado a las autoridades para ser crucificado. Luego, Judas sintió remordimiento por lo que había hecho (Mateo 27:3). Devolvió el dinero a los líderes religiosos y, lleno de culpa, se ahorcó (versículo 5).