Pregunta
¿Cuál es todo el consejo de Dios?
Respuesta
La frase todo el propósito (consejo) de Dios se encuentra en Hechos 20:27. En su discurso de despedida a los ancianos de la iglesia de Éfeso, Pablo dice: "Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, pues no rehuí declararles todo el [consejo] de Dios" (Hechos 20:26-27, NBLA). Declarar todo el consejo de Dios es lo que hizo a Pablo "inocente" de la decisión de cualquiera de apartarse de la verdad. Pablo había cumplido su ministerio entre los efesios.
Pablo pasó varios años en Éfeso antes de este discurso. Cuando llegó por primera vez a Éfeso, Pablo había encontrado a algunos discípulos que solo habían oído hablar de Juan el Bautista y aún no conocían el ministerio completo de Jesús ni la venida del Espíritu Santo. Tras ponerlos al corriente presentándoles a Jesús, Pablo los bautizó "en el nombre del Señor Jesús" (Hechos 19:4-5). Después, Pablo pasó un tiempo enseñando en la sinagoga y, cuando encontró oposición, enseñó en la escuela de Tirano, y "todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos" (Hechos 19:10, NBLA). El versículo 20 dice: "Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor". Más tarde, un grupo de mercaderes de Éfeso inició un motín por el impacto positivo del Evangelio en su ciudad. Cuando terminó el motín, Pablo se despidió de los discípulos de Éfeso antes de ir a Macedonia. Varios meses después, de camino a Jerusalén, Pablo convocó a los ancianos de Éfeso en Mileto para reunirse con él. Es aquí donde Pablo recuerda a los efesios que "no rehuí declararles todo el [consejo] de Dios" (Hechos 20:27).
Pablo compartió "lo que Dios quiere que ustedes sepan" (NTV) o "todo el propósito de Dios" (NVI), en el sentido de que habló del evangelio completo . Les había dado toda la verdad sobre la salvación de Dios. También les reveló el "misterio" de Dios (Efesios 3:9), que en el contexto de Efesios 3 es la extensión por parte de Dios de Su plan de salvación tanto a los gentiles como a los judíos.
A pesar de la oposición a la que se enfrentó Pablo en Éfeso, siguió compartiendo las Buenas Nuevas en su totalidad. No se amilanó ante su deber, sino que proclamó todo el consejo de Dios. Dice a los ancianos de Éfeso: "He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos. Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa, testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20:19-21, NBLA). Pablo compartió todo lo que Dios le había revelado con todos los que quisieron escuchar, e incluso con algunos que no quisieron.
Pablo dice a los ancianos de Éfeso que, habiéndoles dado todo el consejo de Dios, él es inocente si alguno de los efesios decide apartarse de Cristo. Al igual que el profeta Ezequiel, Pablo había sido un fiel centinela: "Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte. Cuando Yo diga al impío: "Ciertamente morirás", si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero Yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú has advertido al impío, y este no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, él morirá por su iniquidad, pero tú habrás salvado tu vida" (Ezequiel 3:17-19, NBLA; cf. 33:1-9).
Pablo hace hincapié en "todo el consejo de Dios" como forma de afirmar el cumplimiento de sus deberes para con los efesios y de recordarles la verdad. Pablo advierte: "Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre ustedes que no perdonarán el rebaño. También de entre ustedes mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estén alerta" (Hechos 20:29-31, NBLA).
Todo el consejo de Dios incluye algunas cosas que son difíciles de oír: el hecho de que estamos muertos en pecado y merecemos la ira de Dios (Efesios 2:1-3) y el hecho de que no podemos salvarnos a nosotros mismos mediante las obras (Efesios 2:8-9). El Evangelio es un llamado al arrepentimiento y a la fe. Los creyentes se enfrentarán a la persecución (Juan 16:33) y probablemente se les considerará insensatos. Pero ninguna de estas cosas puede disuadirnos.
Debemos seguir el ejemplo de Pablo y predicar también todo el consejo de Dios. Toda la Escritura es inspirada y toda ella es provechosa (2 Timoteo 3:16). Debemos predicarla en su totalidad y permitir que el Espíritu Santo utilice Su espada como crea conveniente (Efesios 6:17). Pablo no compartió medias verdades, ni solo partes del Evangelio, sino todo lo que Dios ha revelado. Nosotros debemos hacer lo mismo.
Pablo pasó varios años en Éfeso antes de este discurso. Cuando llegó por primera vez a Éfeso, Pablo había encontrado a algunos discípulos que solo habían oído hablar de Juan el Bautista y aún no conocían el ministerio completo de Jesús ni la venida del Espíritu Santo. Tras ponerlos al corriente presentándoles a Jesús, Pablo los bautizó "en el nombre del Señor Jesús" (Hechos 19:4-5). Después, Pablo pasó un tiempo enseñando en la sinagoga y, cuando encontró oposición, enseñó en la escuela de Tirano, y "todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos" (Hechos 19:10, NBLA). El versículo 20 dice: "Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor". Más tarde, un grupo de mercaderes de Éfeso inició un motín por el impacto positivo del Evangelio en su ciudad. Cuando terminó el motín, Pablo se despidió de los discípulos de Éfeso antes de ir a Macedonia. Varios meses después, de camino a Jerusalén, Pablo convocó a los ancianos de Éfeso en Mileto para reunirse con él. Es aquí donde Pablo recuerda a los efesios que "no rehuí declararles todo el [consejo] de Dios" (Hechos 20:27).
Pablo compartió "lo que Dios quiere que ustedes sepan" (NTV) o "todo el propósito de Dios" (NVI), en el sentido de que habló del evangelio completo . Les había dado toda la verdad sobre la salvación de Dios. También les reveló el "misterio" de Dios (Efesios 3:9), que en el contexto de Efesios 3 es la extensión por parte de Dios de Su plan de salvación tanto a los gentiles como a los judíos.
A pesar de la oposición a la que se enfrentó Pablo en Éfeso, siguió compartiendo las Buenas Nuevas en su totalidad. No se amilanó ante su deber, sino que proclamó todo el consejo de Dios. Dice a los ancianos de Éfeso: "He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos. Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa, testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20:19-21, NBLA). Pablo compartió todo lo que Dios le había revelado con todos los que quisieron escuchar, e incluso con algunos que no quisieron.
Pablo dice a los ancianos de Éfeso que, habiéndoles dado todo el consejo de Dios, él es inocente si alguno de los efesios decide apartarse de Cristo. Al igual que el profeta Ezequiel, Pablo había sido un fiel centinela: "Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte. Cuando Yo diga al impío: "Ciertamente morirás", si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero Yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú has advertido al impío, y este no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, él morirá por su iniquidad, pero tú habrás salvado tu vida" (Ezequiel 3:17-19, NBLA; cf. 33:1-9).
Pablo hace hincapié en "todo el consejo de Dios" como forma de afirmar el cumplimiento de sus deberes para con los efesios y de recordarles la verdad. Pablo advierte: "Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre ustedes que no perdonarán el rebaño. También de entre ustedes mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estén alerta" (Hechos 20:29-31, NBLA).
Todo el consejo de Dios incluye algunas cosas que son difíciles de oír: el hecho de que estamos muertos en pecado y merecemos la ira de Dios (Efesios 2:1-3) y el hecho de que no podemos salvarnos a nosotros mismos mediante las obras (Efesios 2:8-9). El Evangelio es un llamado al arrepentimiento y a la fe. Los creyentes se enfrentarán a la persecución (Juan 16:33) y probablemente se les considerará insensatos. Pero ninguna de estas cosas puede disuadirnos.
Debemos seguir el ejemplo de Pablo y predicar también todo el consejo de Dios. Toda la Escritura es inspirada y toda ella es provechosa (2 Timoteo 3:16). Debemos predicarla en su totalidad y permitir que el Espíritu Santo utilice Su espada como crea conveniente (Efesios 6:17). Pablo no compartió medias verdades, ni solo partes del Evangelio, sino todo lo que Dios ha revelado. Nosotros debemos hacer lo mismo.