Pregunta

¿Qué significa "acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud" (Eclesiastés 12:1)?

Respuesta
Eclesiastés, escrito por el rey Salomón (Eclesiastés 1:1), explora diversos aspectos de la realidad, contrastando dos visiones del mundo: 1) la vida "debajo del sol" (una vida sin reconocer a Dios), y 2) la vida más allá del sol, por decirlo así (una vida que reconoce a Dios). En Eclesiastés 12:1, Salomón da una orientación fundamental para la visión del mundo que considera verdadera: "Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud". Esta instrucción sigue a una exposición de la afirmación de que todo es vanidad "debajo del sol" (Eclesiastés 4:7). Todo es vacío cuando se vive sin tener en cuenta a Dios. Pero una vida más allá del sol es significativa y está en armonía con la verdad.

En Eclesiastés 11:9, Salomón dirige su atención al joven y aborda la actitud correcta durante la juventud. Concluye el capítulo 11 afirmando que la niñez y los años de vigor son pasajeros. Luego, al comenzar el capítulo 12, continúa hablando al joven y le da otra exhortación: recordar a su Creador durante toda su juventud. Curiosamente, dos versículos antes, Salomón le dice al joven: "sigue los impulsos de tu corazón" (Eclesiastés 11:9, NBLA), pero con la advertencia importante de que Dios juzgará todas las acciones.

Eclesiastés 11:9–12:4 trata sobre la libertad que la humanidad posee (como un regalo de Dios) para seguir los deseos del corazón. La advertencia es que debemos usar esa libertad sabiendo que todas las acciones estarán sujetas al juicio de Dios. Entonces, la pregunta es: ¿qué haremos con esa libertad?

Salomón da tres pautas para guiar los deseos del corazón: 1) reconocer que Dios juzgará tus acciones, 2) alejarse del dolor y del enojo, y 3) acordarse de su Creador. Tanto al principio como al final de estas instrucciones, el enfoque está en Dios y en nuestra relación con Él. Esta idea de "acordarse del Creador" se refiere a una memoria constante, no a un simple acto puntual (cf. Deuteronomio 8:18). Recordar al Creador es el concepto base para tener una visión correcta del mundo.

Salomón insta al lector a vivir una vida conforme a la realidad que va más allá del sol: reconocer al Creador de todas las cosas y caminar con Él durante los días de juventud. Debemos cultivar un temor reverente hacia Aquel a quien debemos rendir cuentas. Vivir una vida sin recordar a nuestro Creador es vanidad y sin sentido (Eclesiastés 12:8).

Este pasaje subraya la sabiduría de acordarse del Creador en la juventud, porque a medida que uno envejece, las limitaciones físicas comienzan a reducir la libertad (Eclesiastés 11:10), y finalmente la vida concluye con la muerte (Eclesiastés 12:7). ¡Qué tragedia es vivir los mejores años en vanidad y sin propósito por no haber reconocido al Creador!