Pregunta
¿Qué es una raíz de amargura (Hebreos 12:15)?
Respuesta
Hebreos 12:15, en la versión Nueva Biblia de las Américas, habla de una "raíz de amargura" que, si brota, "cause dificultades y por ella muchos sean contaminados". Pero, ¿qué es exactamente esa "raíz" y cómo puede llegar a contaminar a muchos? Fiel al propósito del libro de Hebreos, podemos encontrar respuestas en el Antiguo Testamento, que a su vez se confirman en otros pasajes del Nuevo Testamento.
Primero, vale la pena revisar una traducción más contemporánea del versículo completo. La Nueva Versión Internacional dice: "Asegúrense de que nadie quede fuera de la gracia de Dios, de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos" (Hebreos 12:15, NBLA). Este pasaje está dirigido a toda la iglesia.
En la cultura hebrea, cualquier planta venenosa podía llamarse "planta amarga". El veneno destruye, y el resultado de ingerir una planta así sería, ciertamente, amargo. El autor de Hebreos usa la expresión "raíz de amargura" como una metáfora de aquello que puede dañar a la comunidad de creyentes.
Hay un versículo en el Pentateuco que refleja casi literalmente esta idea. En Deuteronomio 29, Moisés repasa el pacto entre Dios e Israel. En ese contexto, dice: "No sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo" (Deuteronomio 29:18, NBLA). En ese pasaje, el "ajenjo" amargo representa la idolatría y la rebelión contra el pacto. A lo largo del Antiguo Testamento, la palabra traducida como "hiel" o "veneno" se asocia tanto con los infieles (Deuteronomio 29:18; Amós 6:12) como con el castigo que reciben por su pecado (Jeremías 8:14; 9:15; 23:15).
En el Nuevo Testamento también encontramos otra referencia al poder destructivo de la amargura. Mientras reprende a Simón el Mago, Pedro le dice que se arrepienta de su maldad y añade: "Veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad" (Hechos 8:23, NBLA). La maldad de Simón fue su deseo de comprar el poder del Espíritu Santo, tratando a Dios como un medio para impulsar su carrera como hechicero.
Entonces, la "raíz de amargura" en Hebreos representa una fuente de maldad o pecado dentro de la iglesia. Una raíz puede parecer pequeña y crecer lentamente, pero si contiene veneno, es maligna y peligrosa. El pecado dentro del cuerpo de Cristo debe ser erradicado con diligencia, porque tolerar la maldad puede contaminar a muchos.
Un ejemplo de cómo Dios trató con una "raíz de amargura" en la iglesia primitiva es el caso de Ananías y Safira en Hechos 5. Claramente, para Dios es de suma importancia arrancar estas raíces dañinas por el bien de la salud espiritual de Su pueblo.
Primero, vale la pena revisar una traducción más contemporánea del versículo completo. La Nueva Versión Internacional dice: "Asegúrense de que nadie quede fuera de la gracia de Dios, de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos" (Hebreos 12:15, NBLA). Este pasaje está dirigido a toda la iglesia.
En la cultura hebrea, cualquier planta venenosa podía llamarse "planta amarga". El veneno destruye, y el resultado de ingerir una planta así sería, ciertamente, amargo. El autor de Hebreos usa la expresión "raíz de amargura" como una metáfora de aquello que puede dañar a la comunidad de creyentes.
Hay un versículo en el Pentateuco que refleja casi literalmente esta idea. En Deuteronomio 29, Moisés repasa el pacto entre Dios e Israel. En ese contexto, dice: "No sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo" (Deuteronomio 29:18, NBLA). En ese pasaje, el "ajenjo" amargo representa la idolatría y la rebelión contra el pacto. A lo largo del Antiguo Testamento, la palabra traducida como "hiel" o "veneno" se asocia tanto con los infieles (Deuteronomio 29:18; Amós 6:12) como con el castigo que reciben por su pecado (Jeremías 8:14; 9:15; 23:15).
En el Nuevo Testamento también encontramos otra referencia al poder destructivo de la amargura. Mientras reprende a Simón el Mago, Pedro le dice que se arrepienta de su maldad y añade: "Veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad" (Hechos 8:23, NBLA). La maldad de Simón fue su deseo de comprar el poder del Espíritu Santo, tratando a Dios como un medio para impulsar su carrera como hechicero.
Entonces, la "raíz de amargura" en Hebreos representa una fuente de maldad o pecado dentro de la iglesia. Una raíz puede parecer pequeña y crecer lentamente, pero si contiene veneno, es maligna y peligrosa. El pecado dentro del cuerpo de Cristo debe ser erradicado con diligencia, porque tolerar la maldad puede contaminar a muchos.
Un ejemplo de cómo Dios trató con una "raíz de amargura" en la iglesia primitiva es el caso de Ananías y Safira en Hechos 5. Claramente, para Dios es de suma importancia arrancar estas raíces dañinas por el bien de la salud espiritual de Su pueblo.