Pregunta
¿Qué es un mantra?
Respuesta
La palabra mantra se usa para describir pensamientos, expresiones, cantos u otras secuencias de palabras o sonidos que supuestamente tienen eficacia espiritual o poder mágico. Un mantra se define como "una herramienta de la mente que tiene un efecto espiritual en la voluntad o en el estado emocional de una persona". Un mantra puede ser una oración o canto religioso y sagrado, pero también puede ser un hechizo o incluso un arma sobrenatural. Los mantras no son exclusivos de un solo sistema de pensamiento o religión. Cualquier expresión o pensamiento que se considere lo suficientemente poderoso como para afectar el estado interno del alma de una persona o influir en el mundo exterior puede llamarse mantra.
La palabra mantra proviene del sánscrito y está compuesta por dos partes: la raíz man, que se relaciona con el pensamiento, y el sufijo -tra, que se refiere a herramientas o instrumentos. Literalmente significa "una herramienta de la mente" o "instrumento de pensamiento". Algunos dicen que un mantra carece de significado intelectual, pero tiene poder comunicativo emotivo, como el canto de un ave. Otros afirman que, por definición, un mantra es significativo, siendo, como su etimología indica, un instrumento de la mente. Sin importar cómo se defina, se considera que un mantra produce un efecto numinoso, es decir, que su recitación genera una sensación espiritual en quien lo practica.
La traducción literal al chino de mantra es "palabras verdaderas". La idea es que la verdad tiene poder. Cuando alguien dice algo verdadero, se cree que eso ayuda a que dicha verdad se materialice de manera práctica. Muchos libros de autoayuda y gurús proponen la repetición de mantras como una forma de aceptar ciertas verdades. Por ejemplo, una persona demasiado complaciente, cuyas tendencias a agradar a los demás le impiden atender sus propias necesidades, podría repetir algo como: "No soy responsable de hacer felices a los demás". Al repetir esta afirmación, la mente se convence a sí misma de aceptar la idea, lo que lleva a un cambio de conducta. Un mantra se puede adaptar a la cultura, necesidades personales y sistema de creencias de cada individuo.
El problema con los mantras es que su efecto depende de la veracidad de la idea que expresan. La repetición no equivale a decir la verdad. Si repetimos una mentira el tiempo suficiente, podemos terminar aceptándola como cierta. Una persona podría elegir el mantra "Sé que puedo volar", pero repetirlo no hará mucha diferencia, por mucho que agite los brazos, considerando las leyes de la gravedad y la aerodinámica.
La Biblia no respalda la idea de que, al encontrar la combinación correcta de palabras o tonos musicales, una persona pueda alcanzar la paz espiritual. La paz viene a través de la fe y la oración (Filipenses 4:6–7). Además, Jesús advirtió claramente en contra de la repetición mecánica de frases al orar: "Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles" (Mateo 6:7, NBLA). A los cristianos se les aconseja pensar en todo lo que es bueno, noble y puro (Filipenses 4:8), y la fuente de esas cosas es Dios mismo. La mente que está fija en el Espíritu de Dios es una mente en paz (Romanos 8:6; Isaías 26:3).
La palabra mantra proviene del sánscrito y está compuesta por dos partes: la raíz man, que se relaciona con el pensamiento, y el sufijo -tra, que se refiere a herramientas o instrumentos. Literalmente significa "una herramienta de la mente" o "instrumento de pensamiento". Algunos dicen que un mantra carece de significado intelectual, pero tiene poder comunicativo emotivo, como el canto de un ave. Otros afirman que, por definición, un mantra es significativo, siendo, como su etimología indica, un instrumento de la mente. Sin importar cómo se defina, se considera que un mantra produce un efecto numinoso, es decir, que su recitación genera una sensación espiritual en quien lo practica.
La traducción literal al chino de mantra es "palabras verdaderas". La idea es que la verdad tiene poder. Cuando alguien dice algo verdadero, se cree que eso ayuda a que dicha verdad se materialice de manera práctica. Muchos libros de autoayuda y gurús proponen la repetición de mantras como una forma de aceptar ciertas verdades. Por ejemplo, una persona demasiado complaciente, cuyas tendencias a agradar a los demás le impiden atender sus propias necesidades, podría repetir algo como: "No soy responsable de hacer felices a los demás". Al repetir esta afirmación, la mente se convence a sí misma de aceptar la idea, lo que lleva a un cambio de conducta. Un mantra se puede adaptar a la cultura, necesidades personales y sistema de creencias de cada individuo.
El problema con los mantras es que su efecto depende de la veracidad de la idea que expresan. La repetición no equivale a decir la verdad. Si repetimos una mentira el tiempo suficiente, podemos terminar aceptándola como cierta. Una persona podría elegir el mantra "Sé que puedo volar", pero repetirlo no hará mucha diferencia, por mucho que agite los brazos, considerando las leyes de la gravedad y la aerodinámica.
La Biblia no respalda la idea de que, al encontrar la combinación correcta de palabras o tonos musicales, una persona pueda alcanzar la paz espiritual. La paz viene a través de la fe y la oración (Filipenses 4:6–7). Además, Jesús advirtió claramente en contra de la repetición mecánica de frases al orar: "Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles" (Mateo 6:7, NBLA). A los cristianos se les aconseja pensar en todo lo que es bueno, noble y puro (Filipenses 4:8), y la fuente de esas cosas es Dios mismo. La mente que está fija en el Espíritu de Dios es una mente en paz (Romanos 8:6; Isaías 26:3).