Pregunta
¿Qué era un pilar sagrado en el Levítico?
Respuesta
En Levítico 26:1 leemos acerca de un pilar sagrado: "Ustedes no se harán ídolos, ni se levantarán imagen tallada ni pilares sagrados, ni pondrán en su tierra piedra grabada para inclinarse ante ella; porque Yo soy el Señor su Dios". Podemos visualizar un "ídolo" y una "imagen", pero un "pilar sagrado" es un poco más difícil de imaginar. ¿Qué es lo que hace que un pilar sea "sagrado"?
Dado que el pilar sagrado se menciona junto con el ídolo y la imagen, lo más probable es que se tratara de una roca con grabados que se utilizaba para adorar ídolos. La misma palabra hebrea también se traduce como "monumento sagrado". Un comentario se refiere a este pilar sagrado como "un obelisco, inscrito con caracteres jeroglíficos y supersticiosos; los primeros denotan los pilares comunes y más pequeños de los sirios o cananeos; los segundos, apuntan a los obeliscos grandes y elaborados que los egipcios adoraban como divinidades guardianas, o utilizaban como piedras de adoración para estimular el culto religioso" (Robert Jamieson, A. R. Fausset y David Brown, The Commentary Critical and Explanatory on the Whole Bible, 1871, dominio público).
En Deuteronomio 28:64, el Señor predijo que llegaría un día en que la desobediencia de Israel los llevaría a adorar ídolos de piedra: "Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido" (ver también Deuteronomio 4:28).
Los profetas condenaron a los israelitas de su época por seguir ídolos de piedra. Sus palabras a veces se burlaban de esa práctica: "Son los que dicen al leño: Mi padre eres tú, y a la piedra: Tú me engendraste. Porque ellos me han dado las espaldas, y no el rostro; pero en el tiempo de su calamidad dirán: Levántate y sálvanos. Pero ¿dónde están tus dioses, los que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad; porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá" (Jeremías 2:27-28; ver también Isaías 44:9-20).
En Daniel, los dioses de piedra se mencionan en una lista de ídolos que adoraba el rey Belsasar (Daniel 5:4). Daniel condenó al rey diciendo: "han alabado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden. Pero al Dios que tiene en Su mano su propio aliento y es dueño de todos sus caminos, no ha glorificado" (Daniel 5:23).
La adoración de ídolos, incluida la veneración de piedras decoradas, siempre ha sido prohibida por el Señor. Levítico 26 afirma el mandamiento establecido anteriormente en los Diez Mandamientos: "No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás. Porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso" (Éxodo 20:4-5).
Dado que el pilar sagrado se menciona junto con el ídolo y la imagen, lo más probable es que se tratara de una roca con grabados que se utilizaba para adorar ídolos. La misma palabra hebrea también se traduce como "monumento sagrado". Un comentario se refiere a este pilar sagrado como "un obelisco, inscrito con caracteres jeroglíficos y supersticiosos; los primeros denotan los pilares comunes y más pequeños de los sirios o cananeos; los segundos, apuntan a los obeliscos grandes y elaborados que los egipcios adoraban como divinidades guardianas, o utilizaban como piedras de adoración para estimular el culto religioso" (Robert Jamieson, A. R. Fausset y David Brown, The Commentary Critical and Explanatory on the Whole Bible, 1871, dominio público).
En Deuteronomio 28:64, el Señor predijo que llegaría un día en que la desobediencia de Israel los llevaría a adorar ídolos de piedra: "Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido" (ver también Deuteronomio 4:28).
Los profetas condenaron a los israelitas de su época por seguir ídolos de piedra. Sus palabras a veces se burlaban de esa práctica: "Son los que dicen al leño: Mi padre eres tú, y a la piedra: Tú me engendraste. Porque ellos me han dado las espaldas, y no el rostro; pero en el tiempo de su calamidad dirán: Levántate y sálvanos. Pero ¿dónde están tus dioses, los que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad; porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá" (Jeremías 2:27-28; ver también Isaías 44:9-20).
En Daniel, los dioses de piedra se mencionan en una lista de ídolos que adoraba el rey Belsasar (Daniel 5:4). Daniel condenó al rey diciendo: "han alabado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden. Pero al Dios que tiene en Su mano su propio aliento y es dueño de todos sus caminos, no ha glorificado" (Daniel 5:23).
La adoración de ídolos, incluida la veneración de piedras decoradas, siempre ha sido prohibida por el Señor. Levítico 26 afirma el mandamiento establecido anteriormente en los Diez Mandamientos: "No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás. Porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso" (Éxodo 20:4-5).