Pregunta

¿Tienen algún significado espiritual las piedras de nacimiento?

Respuesta
Las piedras de nacimiento, también conocidas como "piedras natales" o "piedras del cumpleaños", son un conjunto de minerales específicos tradicionalmente asociados con los 12 meses del calendario gregoriano. Diversas leyendas y mitos rodean la supuesta espiritualidad de estas piedras, desde poderes curativos y efectos terapéuticos físicos hasta la capacidad de otorgar buena suerte a quien las lleva. Según estas historias, portar una piedra preciosa en el cuerpo intensificará dichos efectos, especialmente si la piedra corresponde al mes de nacimiento de la persona. Quienes creen en el poder de las piedras de nacimiento consideran que el escenario más eficaz es poseer las doce piedras y usarlas alternando cada mes.

Según la American Gem Society, estas son las gemas asociadas a cada mes, junto con sus supuestos "poderes":

- Enero – Granate (felicidad, salud, riqueza)

- Febrero – Amatista (paz, valor, estabilidad)

- Marzo – Aguamarina, Jaspe sanguíneo (conservación de la salud)

- Abril – Diamante (amor, prosperidad)

- Mayo – Esmeralda (salud mental, pasión)

- Junio – Perla (pureza), Alejandrita (intuición), Piedra de luna (buena fortuna)

- Julio – Rubí (amor, éxito)

- Agosto – Peridoto (prosperidad), Sardónice (confianza), Espinela (energía)

- Septiembre – Zafiro (sabiduría)

- Octubre – Turmalina (felicidad), Ópalo (inspiración)

- Noviembre – Topacio, Citrino (calma, buena fortuna)

- Diciembre – Tanzanita (poderes psíquicos), Circón (virtud), Turquesa (amor, éxito)

Las atribuciones de mes y simbolismo de las piedras de nacimiento varían mucho entre culturas. De hecho, incluso los supuestos poderes de las gemas son mucho más amplios en distintas tradiciones que lo anotado arriba. A lo largo de los siglos, varias entidades han intentado estandarizar las piedras de nacimiento, lo que ha contribuido a su uso y a la creencia en ellas.

Aunque la Biblia no menciona las piedras de nacimiento, su historia de origen más aceptada tiene raíces en la historia bíblica. Éxodo 28 contiene instrucciones para confeccionar las vestiduras sagradas del sacerdote. Éxodo 28:15–30 describe el pectoral del sumo sacerdote Aarón, sobre el cual se colocaron doce piedras para representar a las doce tribus de Israel. Un historiador judío del siglo I estableció una conexión entre esas doce piedras, los doce meses del año y los doce signos del Zodiaco, aunque tal conexión no aparece en la Biblia. Los gustos y costumbres respecto al simbolismo han cambiado con el tiempo, y las listas modernas de piedras de nacimiento no tienen relación con la descripción de las vestiduras sacerdotales de Éxodo 28.

Usar una piedra de nacimiento no es pecado; un objeto, en sí mismo, no puede ser pecaminoso. Llevar una piedra de nacimiento como adorno o por moda no es pecado. Pecamos en nuestro corazón y mente cuando decidimos rechazar a Dios o Su voluntad. La creencia supersticiosa de que una piedra de nacimiento u otro objeto cualquiera posee poderes espirituales es similar a la idolatría. Los creyentes saben que usar una piedra preciosa de cualquier tipo no cambiará las circunstancias de su vida. La Biblia enseña que todas las cosas están bajo el control soberano de Dios, sin verse afectadas por los planes humanos ni por el mundo natural, incluidos los objetos creados que hay en él. El Señor provoca o permite todas las cosas conforme a Su plan divino (Hechos 4:28; Efesios 1:10). Las piedras de nacimiento no tienen poder espiritual. Creer que una piedra puede evadir la voluntad de Dios es rechazar Su soberanía.