Pregunta

¿Es malo sentir nostalgia o ser nostálgico?

Respuesta
La nostalgia es un anhelo sentimental intenso por el pasado, ya sea por la propia vida o por un momento histórico anterior. Usualmente, este sentimiento viene acompañado de la creencia de que el mundo era mejor en una era pasada o que un tiempo anterior de la vida fue superior a la situación actual. Ese deseo de volver a "los viejos tiempos" es nostalgia, y es normal sentirlo en ocasiones. En el libro de Eclesiastés, Salomón aborda la comparación entre el pasado y el presente: "No digas: "¿Por qué fueron los días pasados mejores que estos?". Pues no es sabio que preguntes sobre esto" (Eclesiastés 7:10, NBLA). ¿Está diciendo Salomón que la nostalgia es insensata o que ser nostálgico está mal? Si es así, ¿por qué?

Lo que Salomón parece señalar en Eclesiastés 7:10 no es el sentimiento de nostalgia en sí, sino la actitud necia que a veces puede generar. Todos, en algún momento, sentimos que el pasado fue mejor que el presente. Especialmente en tiempos de dificultad, es fácil recordar nuestra vida anterior como más feliz o plena que la actual. Sin embargo, solemos tener una memoria selectiva. Cada día tiene sus propios problemas (Mateo 6:34). Las cosas no fueron tan perfectas como las pintamos al recordarlas.

Cuando una persona permite que la nostalgia lo consuma, puede caer en comportamientos poco útiles o poco fructíferos. Vivir en el pasado es una forma de desconectarse de la realidad. Somos llamados a "[aprovechar] bien el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:16, NBLA) y a esperar con diligencia el buen futuro que Dios ha prometido, haciendo el bien y buscando la paz (2 Pedro 3:11–14; Romanos 2:7). Aferrarse al pasado u obsesionarse con "aquellos días" es desear algo que no podemos recuperar y que solo conduce a la frustración. En lugar de habitar en una imagen nostálgica e incompleta del pasado, es mejor enfocarse en la obra de Dios en el presente y en Sus promesas firmes para el futuro. Tenemos un hogar en el cielo, donde, como lo expresa David, hay "plenitud de gozo" y "en [Su] diestra hay deleites para siempre" (Salmo 16:5–6, 11, NBLA).

La nostalgia, como emoción, no es pecaminosa—ninguna emoción lo es por sí misma. Pero puede tentarnos a vivir anclados en el pasado y volvernos ineficaces en el presente. Los soldados de Cristo no se "enredan en los negocios de la vida diaria" (2 Timoteo 2:4, NBLA), y eso es precisamente lo que ocurre cuando nos preguntamos constantemente: "¿Por qué las cosas no pueden ser como antes?". Pablo no gastaba su tiempo reviviendo "los viejos tiempos"; al contrario, dijo: "Una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta" (Filipenses 3:13–14, NBLA). Nosotros también debemos vivir el presente y mirar hacia el futuro. Tenemos "una esperanza viva" y "una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes" (1 Pedro 1:3–4, NBLA).