Pregunta
¿Cómo me hace Dios conocer la medida de mis días (Salmo 39:4)?
Respuesta
El Salmo 39:4 dice: "Señor, hazme saber mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que yo sepa cuán efímero soy". En este versículo, David le suplica a Dios que le ayude a comprender la brevedad de su vida. Los versículos siguientes también destacan la naturaleza fútil de la vida humana a la luz de la naturaleza eterna y atemporal de Dios (ver también Salmo 90:4).
Dios nos ayuda a conocer la medida de nuestros días, recordándonos regularmente nuestro lugar temporal en este mundo. En Job 7:7, se nos dice que nuestras vidas son "un soplo". El Salmo 102:3 dice que nuestros días "han sido consumidos en humo". Y en el Nuevo Testamento, Santiago 4:14 dice: "Solo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece". Debido a que nuestras vidas no duran mucho, al igual que el aliento, el humo y la niebla, Dios quiere enseñarnos a medir nuestros días para que reconozcamos nuestra necesidad eterna de Él. No seríamos nada sin Dios, que es eterno y todopoderoso.
Otra forma en que Dios nos hace saber el número de nuestros días es recordándonos cómo nuestras acciones pecaminosas conducen a la muerte. Romanos 3:23 dice que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 6:23 dice que "la paga del pecado es muerte". Pero 2 Pedro 3:9 nos enseña que Dios no quiere que nadie perezca. Al contrario, quiere que todos se vuelvan a Él con arrepentimiento y busquen Su gracia. Al enseñarnos a conocer la medida de nuestros días, Dios nos muestra Su deseo de que nos arrepintamos de nuestros pecados antes de que termine nuestra vida. En otras palabras, Dios quiere salvarnos del juicio de la segunda muerte mientras aún hay tiempo (ver Apocalipsis 20:14-15).
Sabiendo, por lo tanto, que todos hemos pecado y que moriremos en algún momento en el futuro, debemos orar como David en Salmos 39:4 y pedirle a Dios que nos muestre el número o la duración de nuestros días, es decir, que nos recuerde que nuestros días están contados. Debemos ponernos humildemente ante Dios y reconocer nuestra necesidad de Su gracia eterna.
Moisés dice esto en Salmos 90:12 cuando le pide a Dios que le enseñe a medir sus días para que pueda tener un corazón sabio. El propósito de conocer la medida de nuestros días es que podamos vivir rectamente ante Dios. Nuestras vidas llegarán a su fin, y debemos aprovechar al máximo cada día que se nos da. Debemos esforzarnos por cumplir los dos mandamientos más importantes de la Biblia: amar a Dios y amar a los demás (Marcos 12:29-31). Nuestra vida en esta tierra es corta y no debemos desperdiciar nuestro tiempo limitado viviendo de forma egoísta y pecando. Más bien, debemos usar nuestro tiempo para honrar a Dios con nuestra vida, viviendo de acuerdo con Su Palabra.
Eclesiastés 12:13-14 resume nuestra responsabilidad:
"La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
Teme a Dios y guarda Sus mandamientos,
porque esto concierne a toda persona.
Porque Dios traerá toda obra a juicio,
junto con todo lo oculto,
sea bueno o sea malo".
Dios nos hace conocer la medida de nuestros días mostrándonos la finitud de nuestras vidas y recordándonos cómo nuestras acciones pecaminosas conducen finalmente a la muerte.
Dios nos ayuda a conocer la medida de nuestros días, recordándonos regularmente nuestro lugar temporal en este mundo. En Job 7:7, se nos dice que nuestras vidas son "un soplo". El Salmo 102:3 dice que nuestros días "han sido consumidos en humo". Y en el Nuevo Testamento, Santiago 4:14 dice: "Solo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece". Debido a que nuestras vidas no duran mucho, al igual que el aliento, el humo y la niebla, Dios quiere enseñarnos a medir nuestros días para que reconozcamos nuestra necesidad eterna de Él. No seríamos nada sin Dios, que es eterno y todopoderoso.
Otra forma en que Dios nos hace saber el número de nuestros días es recordándonos cómo nuestras acciones pecaminosas conducen a la muerte. Romanos 3:23 dice que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 6:23 dice que "la paga del pecado es muerte". Pero 2 Pedro 3:9 nos enseña que Dios no quiere que nadie perezca. Al contrario, quiere que todos se vuelvan a Él con arrepentimiento y busquen Su gracia. Al enseñarnos a conocer la medida de nuestros días, Dios nos muestra Su deseo de que nos arrepintamos de nuestros pecados antes de que termine nuestra vida. En otras palabras, Dios quiere salvarnos del juicio de la segunda muerte mientras aún hay tiempo (ver Apocalipsis 20:14-15).
Sabiendo, por lo tanto, que todos hemos pecado y que moriremos en algún momento en el futuro, debemos orar como David en Salmos 39:4 y pedirle a Dios que nos muestre el número o la duración de nuestros días, es decir, que nos recuerde que nuestros días están contados. Debemos ponernos humildemente ante Dios y reconocer nuestra necesidad de Su gracia eterna.
Moisés dice esto en Salmos 90:12 cuando le pide a Dios que le enseñe a medir sus días para que pueda tener un corazón sabio. El propósito de conocer la medida de nuestros días es que podamos vivir rectamente ante Dios. Nuestras vidas llegarán a su fin, y debemos aprovechar al máximo cada día que se nos da. Debemos esforzarnos por cumplir los dos mandamientos más importantes de la Biblia: amar a Dios y amar a los demás (Marcos 12:29-31). Nuestra vida en esta tierra es corta y no debemos desperdiciar nuestro tiempo limitado viviendo de forma egoísta y pecando. Más bien, debemos usar nuestro tiempo para honrar a Dios con nuestra vida, viviendo de acuerdo con Su Palabra.
Eclesiastés 12:13-14 resume nuestra responsabilidad:
"La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
Teme a Dios y guarda Sus mandamientos,
porque esto concierne a toda persona.
Porque Dios traerá toda obra a juicio,
junto con todo lo oculto,
sea bueno o sea malo".
Dios nos hace conocer la medida de nuestros días mostrándonos la finitud de nuestras vidas y recordándonos cómo nuestras acciones pecaminosas conducen finalmente a la muerte.