Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre la manipulación de serpientes? ¿Deberíamos manipular serpientes en la iglesia?

Respuesta
El manejo de serpientes, practicado por algunas iglesias mal orientadas, no es una actividad bíblica. Marcos 16:17–18 es utilizado por algunos como base para esta práctica: "Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios…tomarán serpientes en las manos". Las iglesias que practican el manejo de serpientes celebran servicios especiales en los que las personas manipulan serpientes venenosas, supuestamente para demostrar que los miembros son verdaderos creyentes empoderados y protegidos por Dios. Es cierto que Marcos 16:17–18 dice que los seguidores de Jesús "tomarán serpientes", pero hay varios problemas con esta práctica moderna.

En primer lugar, manipular serpientes con el propósito de "probar" la fe (o la protección de Dios) es una violación del mandamiento de no poner a Dios a prueba: "También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios" (Mateo 4:7; cf. Deuteronomio 6:16). Intentar forzar la mano de Dios exigiendo que realice un milagro evidente no solo es necio, sino también pecaminoso. Probar la presencia y el poder de Dios al colocarse intencionalmente en una situación peligrosa está expresamente prohibido en la Escritura. Daniel no buscó a los leones, pero cuando se encontró rodeado por ellos, sin ser su culpa, descubrió que Dios estaba allí. Del mismo modo, confiamos en Dios en situaciones peligrosas, pero nunca debemos buscar deliberadamente el peligro.

En segundo lugar, es importante recordar que existen serias dudas sobre si los versículos 9–20 de Marcos 16 pertenecen a la Biblia. La evidencia sugiere que estos versículos no fueron parte original del Evangelio de Marcos. Algunos de los manuscritos griegos más antiguos y confiables no contienen estos versículos. Otros manuscritos sí los incluyen, pero los separan del resto del texto. La explicación más probable es que Marcos 16:9–20 sea una interpolación. Como resultado, no es sabio utilizar nada de Marcos 16:9–20 como única base para establecer una doctrina o práctica. El manejo de serpientes es un ejemplo de un concepto dudoso derivado de estos versículos.

Si asumimos, a pesar de la evidencia en contra, que Marcos 16:17–18 pertenece a la Escritura, ¿enseña que debemos manipular serpientes en la iglesia? Absolutamente no. Marcos 16:17–18 no contiene ningún imperativo. El versículo no dice: "Vayan y manipulen serpientes"; dice: "Tomarán serpientes en las manos". Es una declaración de lo que sucederá, no un mandato para que alguien lo haga.

Aun suponiendo que el pasaje sobre el manejo de serpientes sea parte de la Escritura, podemos decir que las palabras de Jesús se cumplieron en el apóstol Pablo en Hechos 28:3–5: "Pero cuando Pablo recogió una brazada de leña y la echó al fuego, una víbora salió huyendo del calor y se le prendió en la mano...Pablo, sin embargo, sacudiendo la mano, arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño". Fijémonos que Pablo no buscaba serpientes para manipularlas. Estaba recogiendo leña y fue mordido en contra de su voluntad. Dios intervino y protegió milagrosamente a Pablo de los efectos de la mordida. Las palabras de Jesús en Marcos 16:17–18 les dieron a Sus apóstoles la seguridad de que, al servir fielmente a Dios en la expansión del evangelio, Él podía protegerlos de cualquier cosa que se cruzara en su camino.

Si las iglesias que manipulan serpientes fueran coherentes, también practicarían la segunda parte de Marcos 16:18: "y aunque beban algo mortífero, no les hará daño". ¿Por qué no beber un frasco de estricnina o arsénico y "probar" su fe de esa manera? ¿Por qué detenerse en las serpientes?

Dios puede y quiere protegernos, de acuerdo con Su voluntad, mientras le servimos. Pero no debemos poner al Señor a prueba. Así como Jesús se negó a lanzarse desde lo alto del templo y así como Daniel no fue a cazar leones, nosotros tampoco debemos buscar intencionalmente situaciones que requieran la intervención milagrosa de Dios. Aunque no se refiere directamente al manejo de serpientes en las iglesias, 1 Corintios 10:9 puede aplicarse: “Ni provoquemos al Señor, como algunos de ellos lo provocaron, y fueron destruidos por las serpientes".