Pregunta
¿Qué son los manantiales de aguas de vida en Apocalipsis 7:17?
Respuesta
Apocalipsis 7:17 dice: "Pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos" (NBLA). Otras traducciones lo expresan como "fuentes de aguas de vida" (RVR1960) o "manantiales de agua que da vida" (TLA).
Un manantial (o fuente) es una formación geográfica donde el agua subterránea brota naturalmente a la superficie. La Biblia utiliza con frecuencia esta imagen para describir la vida abundante que Dios ofrece a Su pueblo. El Salmo 36:9 dice: "Porque en Ti está la fuente de la vida" (NBLA), e Isaías 49:10 añade: "Porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas" (NBLA).
En Apocalipsis 7:17, la frase "manantiales de aguas de vida" hace referencia a la vida eterna que se encuentra en Jesús.
El contexto de Apocalipsis 6 y 7 incluye la apertura de los siete sellos del juicio y la mención de los 144,000 judíos sellados, quienes reciben protección durante el tiempo de la tribulación (Apocalipsis 7:1–8). A partir del versículo 9, Juan menciona una "gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas" (NBLA), vestida de ropas blancas y con palmas en las manos. Uno de los ancianos explica: "Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero" (Apocalipsis 7:14, NBLA). Luego, el anciano describe poéticamente la recompensa de estos redimidos y afirma que el Cordero—quien también es el Pastor—los guiará a "manantiales de aguas de vida".
En este contexto, el "ellos" de Apocalipsis 7:17 se refiere a esta gran multitud de personas redimidas de todo el mundo, que han sido lavadas en la sangre del Cordero. Son guiadas a los manantiales de aguas de vida, y Dios enjuga toda lágrima de sus ojos.
En Juan 4, Jesús habla con una mujer samaritana que saca agua de un pozo, y le dice: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna" (Juan 4:13–14, NBLA).
Jesús es esa fuente de agua de vida que da vida eterna a todos los que depositan su fe en Él. Así como el agua que brota de la tierra da vida a quienes la beben, también el "agua" que fluye de Cristo da satisfacción y vida eterna a todos los que acuden a Él.
Un manantial (o fuente) es una formación geográfica donde el agua subterránea brota naturalmente a la superficie. La Biblia utiliza con frecuencia esta imagen para describir la vida abundante que Dios ofrece a Su pueblo. El Salmo 36:9 dice: "Porque en Ti está la fuente de la vida" (NBLA), e Isaías 49:10 añade: "Porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas" (NBLA).
En Apocalipsis 7:17, la frase "manantiales de aguas de vida" hace referencia a la vida eterna que se encuentra en Jesús.
El contexto de Apocalipsis 6 y 7 incluye la apertura de los siete sellos del juicio y la mención de los 144,000 judíos sellados, quienes reciben protección durante el tiempo de la tribulación (Apocalipsis 7:1–8). A partir del versículo 9, Juan menciona una "gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas" (NBLA), vestida de ropas blancas y con palmas en las manos. Uno de los ancianos explica: "Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero" (Apocalipsis 7:14, NBLA). Luego, el anciano describe poéticamente la recompensa de estos redimidos y afirma que el Cordero—quien también es el Pastor—los guiará a "manantiales de aguas de vida".
En este contexto, el "ellos" de Apocalipsis 7:17 se refiere a esta gran multitud de personas redimidas de todo el mundo, que han sido lavadas en la sangre del Cordero. Son guiadas a los manantiales de aguas de vida, y Dios enjuga toda lágrima de sus ojos.
En Juan 4, Jesús habla con una mujer samaritana que saca agua de un pozo, y le dice: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna" (Juan 4:13–14, NBLA).
Jesús es esa fuente de agua de vida que da vida eterna a todos los que depositan su fe en Él. Así como el agua que brota de la tierra da vida a quienes la beben, también el "agua" que fluye de Cristo da satisfacción y vida eterna a todos los que acuden a Él.