Pregunta
¿Qué es la leche espiritual (1 Pedro 2:2)?
Respuesta
Primera carta de Pedro 2:2 (NBLA) dice: "deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación". En el versículo anterior, Pedro había exhortado a sus lectores a deshacerse de los comportamientos pecaminosos y los deseos del hombre natural. Al dejar a un lado "toda malicia, y todo engaño, e hipocresías, y envidias y toda difamación" (versículo 1), debían esforzarse por obtener la leche espiritual como los bebés.
Toda madre que amamanta conoce la intensidad con la que los bebés buscan la leche, llorando hasta quedar satisfechos. Los expertos han demostrado que la leche materna beneficia al bebé de muchas maneras, entre ellas, ayudando al desarrollo del cerebro, promoviendo un peso saludable y reforzando los anticuerpos (www.healthline.com/health/breastfeeding/11-benefits-of-breastfeeding#benefits-for-you). Pedro emplea esta analogía para transmitir que, como cristianos, nuestro crecimiento espiritual y bienestar general dependen de recibir "leche espiritual pura". Pero, ¿qué es exactamente esta leche espiritual?
En otros pasajes, las Escrituras utilizan la leche como metáfora de los elementos esenciales del evangelio y la vida cristiana. En Hebreos 5:12-14 (NBLA), el autor habla de la leche y los alimentos sólidos para animar a los lectores a ir más allá de "los principios elementales de los oráculos [las palabras] de Dios" (versículo 12). Pablo también hace referencia a la leche en 1 Corintios 3:1-3, en una reprimenda a sus lectores inmaduros. Sin embargo, Pedro utiliza el término leche espiritual de forma positiva, animando a sus lectores a alimentarse continuamente de ella.
La "leche espiritual pura" constituye la revelación completa y especial de Dios, encapsulada en lo que ahora conocemos como la Biblia. La Palabra también puede simbolizar a Cristo (Juan 1:1-5), lo que implica que nuestro anhelo debe extenderse a un conocimiento más profundo de Cristo y a una comunión más estrecha con Él. En esencia, el crecimiento se produce cuando nos alimentamos de la Palabra escrita y tenemos comunión con la Palabra viva.
La directiva de 1 Pedro 2:2 es activa e imperativa, lo que significa que es nuestra responsabilidad anhelar la leche espiritual pura. Debemos leer, meditar y estudiar la Palabra escrita de Dios, tanto individualmente como en compañía de otros creyentes. También debemos participar en la comunión con la Palabra viva y cultivar una comprensión más profunda de la persona y la obra de Dios. A través de estas actividades, progresamos para llegar a ser más como Jesús en carácter y conducta. "Creceremos en [nuestra] salvación" (1 Pedro 2:2b).
Los sermones basados en la Biblia también son útiles, al igual que los libros cristianos y las canciones centradas en Cristo. Los maestros sólidos facilitan una comprensión más profunda de la Palabra de Dios y reavivan el celo por más. Los libros cristianos bien escritos pueden proporcionar una visión más profunda del conocimiento de Cristo, mientras que las canciones mejoran la comunión y nos recuerdan la belleza que se encuentra en Cristo.
Las instrucciones de Pedro nos recuerdan que lo que anhelamos y consumimos tiene un profundo impacto en nuestro crecimiento espiritual. La "leche" del mundo es impura y solo satisface nuestros deseos pecaminosos. Las falsas enseñanzas son, en el mejor de los casos, basura espiritual y, en el peor, veneno. Debemos tener hambre de alimento espiritual puro y sin adulterar.
Toda madre que amamanta conoce la intensidad con la que los bebés buscan la leche, llorando hasta quedar satisfechos. Los expertos han demostrado que la leche materna beneficia al bebé de muchas maneras, entre ellas, ayudando al desarrollo del cerebro, promoviendo un peso saludable y reforzando los anticuerpos (www.healthline.com/health/breastfeeding/11-benefits-of-breastfeeding#benefits-for-you). Pedro emplea esta analogía para transmitir que, como cristianos, nuestro crecimiento espiritual y bienestar general dependen de recibir "leche espiritual pura". Pero, ¿qué es exactamente esta leche espiritual?
En otros pasajes, las Escrituras utilizan la leche como metáfora de los elementos esenciales del evangelio y la vida cristiana. En Hebreos 5:12-14 (NBLA), el autor habla de la leche y los alimentos sólidos para animar a los lectores a ir más allá de "los principios elementales de los oráculos [las palabras] de Dios" (versículo 12). Pablo también hace referencia a la leche en 1 Corintios 3:1-3, en una reprimenda a sus lectores inmaduros. Sin embargo, Pedro utiliza el término leche espiritual de forma positiva, animando a sus lectores a alimentarse continuamente de ella.
La "leche espiritual pura" constituye la revelación completa y especial de Dios, encapsulada en lo que ahora conocemos como la Biblia. La Palabra también puede simbolizar a Cristo (Juan 1:1-5), lo que implica que nuestro anhelo debe extenderse a un conocimiento más profundo de Cristo y a una comunión más estrecha con Él. En esencia, el crecimiento se produce cuando nos alimentamos de la Palabra escrita y tenemos comunión con la Palabra viva.
La directiva de 1 Pedro 2:2 es activa e imperativa, lo que significa que es nuestra responsabilidad anhelar la leche espiritual pura. Debemos leer, meditar y estudiar la Palabra escrita de Dios, tanto individualmente como en compañía de otros creyentes. También debemos participar en la comunión con la Palabra viva y cultivar una comprensión más profunda de la persona y la obra de Dios. A través de estas actividades, progresamos para llegar a ser más como Jesús en carácter y conducta. "Creceremos en [nuestra] salvación" (1 Pedro 2:2b).
Los sermones basados en la Biblia también son útiles, al igual que los libros cristianos y las canciones centradas en Cristo. Los maestros sólidos facilitan una comprensión más profunda de la Palabra de Dios y reavivan el celo por más. Los libros cristianos bien escritos pueden proporcionar una visión más profunda del conocimiento de Cristo, mientras que las canciones mejoran la comunión y nos recuerdan la belleza que se encuentra en Cristo.
Las instrucciones de Pedro nos recuerdan que lo que anhelamos y consumimos tiene un profundo impacto en nuestro crecimiento espiritual. La "leche" del mundo es impura y solo satisface nuestros deseos pecaminosos. Las falsas enseñanzas son, en el mejor de los casos, basura espiritual y, en el peor, veneno. Debemos tener hambre de alimento espiritual puro y sin adulterar.